El jugador australiano se olvidó del reglamento en un momento de «tierra, trágame» cuando golpeó la pelota desde el campo de su rival
La pista Arthur Ashe vivió anoche un partido de tenis de muchos quilates en el que el australiano Nick Kyrgios sorprendió al número uno del mundo, Daniil Medvedev, imponiéndose en cuatro sets.
El partido fue de infarto, especialmente el primer set, que se resolvió con un disputadísimo tie-break. No obstante, al margen de la calidad del tenis, el siempre incalificable Kyrgios dejó un curioso punto en el que fue necesario echar mano del reglamento.
Corría el segundo juego del tercer set cuando el ruso optó por cortar el ritmo del punto con una dejada que se le quedó algo larga. El australiano cabalgó hacia la pelota y golpeó con potencia buscando el passing en paralelo hacia la zona del revés de Medvedev. El jugador moscovita tiró de puros reflejos y logró tocar la bola, que, sin embargo, no tenía ninguna posibilidad de entrar. Con lo que nadie contaba es con que Kyrgios, que venía con la inercia de su carrera hacia la red, entró en el lado de la pista de su rival y remató la pelota con la intención de ganar el punto.
Pero el australiano se quedó con las ganas, ya que el reglamento señala que Kyrgios debía haber dejado botar la pelota al no poder golpear desde el campo de su rival.
«Esto va a salir en todos lados y voy a parecer un idiota», bromeó Kyrgios en la entrevista pospartido.
