viernes, abril 26, 2024
viernes, abril 26, 2024

Nuevo embrollo para Boris Johnson: un diputado conservador acusa a su Gobierno de «chantajear e intimidar» a los disidentes «tories»

William Wragg habla de presiones e intimidación por parte del Gobierno ante las polémicas que rodean al primer ministro, que lo niega todo

El diputado conservador William Wragg, presidente de una de las comisiones parlamentarias más importantes del Parlamento británico, acusó este jueves al Gobierno de Boris Johnson de «chantajear e intimidar» a los legisladores «tories» disidentes y pidió a estos que acudan a la Policía para denunciarlo.

En la apertura de una sesión del comité de Administración Pública y Asuntos Constitucionales, que él preside, Wragg denunció que «en los últimos días un número de miembros del Parlamento han sufrido presiones e intimidación por parte del Gobierno por su deseo declarado o supuesto de (pedir) un voto de confianza sobre el liderazgo del primer ministro«.

«Las informaciones de las que dispongo parecen constituir chantaje. Mi recomendación es que los colegas informen al presidente de la Cámara de los Comunes y a la comisaria de la Policía Metropolitana«, dijo Wragg.

El propio Wragg es uno de los pocos «tories» que hasta ahora se han manifestado públicamente -aunque se cree que decenas de diputados más comparten su opinión en privado- para pedir la renuncia de Johnson por el escándalo de las fiestas celebradas en Downing Street durante la pandemia.

Antes de dar la palabra al responsable del Ministerio del Gabinete y aliado del primer ministro, Steve Barclay, Wragg dijo que «no es la función del Gobierno violar el código ministerial amenazando con retirar inversiones públicas en las circunscripciones de los diputados» disidentes.

Para el representante «tory», la intimidación de un legislador es un «asunto grave».

También acusó al personal de Downing Street y a los ministros de promover la publicación en la prensa de «noticias que avergüencen a aquellos de quienes sospechan que ya no confían en el Gobierno».

La declaración de Wragg supone una nueva carga de profundidad para el primer ministro, quien parecía haber encontrado una tregua en sus filas después de que el miércoles un destacado «tory» le pidiese la dimisión en la sesión de control en el Parlamento y otro diputado conservador anunciase que se pasa al Partido Laborista.

En una reacción casi inmediata, un portavoz de Downing Street dijo que «no son conscientes de que haya pruebas que sostengan lo que claramente son graves acusaciones».

«Si hay cualquier evidencia que apoye esas palabras, lo miraríamos cuidadosamente», agregó.

Por su lado, el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, señaló que sería «desacato» tratar de intimidar a los legisladores y agregó que «nadie está por encima de la ley», aunque recordó que la investigación de cualquier conducta criminal le corresponde a la Policía y la Fiscalía.

La número dos de la oposición laborista, Angela Rayner, expresó en Twitter que las «impactantes acusaciones» realizadas por Wragg deben ser investigadas en detalle, pues se refieren a «acoso, chantaje y mala conducta por gente en posiciones de poder».

La respuesta de Boris Johnson

El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, dijo este jueves no haber visto ninguna «prueba» de chantaje en su partido.

El líder «tory» insistió en que no había visto o escuchado «ninguna prueba» que «apoye las alegaciones».

Agregó que está centrado en atender las prioridades de la población británica, como superar la pandemia de la covid con la ayuda del programa de vacunación con dosis de refuerzo.

«Tenemos la economía y la sociedad más abiertas de Europa, con el más rápido crecimiento en el G7 (grupo de los siete países más industrializados del mundo), como resultado de la campaña de dosis de refuerzo», recalcó Johnson en declaraciones en el Centro de Diagnóstico Rutherford, en Taunton (suroeste inglés).

Además de las denuncias de Wragg, el diputado Christian Wakeford, que el miércoles anunció que se pasaba del Partido Conservador al Laborista, señaló este jueves que los encargados de la disciplina parlamentaria de los «tories» le habían advertido de que podía perder la financiación para un nuevo colegio secundario en su circunscripción -Bury South (norte de Inglaterra)- si no apoyaba al Gobierno.

Varios diputados han expresado su descontento con el liderazgo de Johnson, tras salir a la luz en las últimas semanas el alcance del denominado «Partygate», las fiestas celebradas en la residencia oficial de Downing Street durante la pandemia mientras el país cumplía estrictas medidas restrictivas.

No obstante, los parlamentarios han decidido esperar a conocer el resultado de una investigación sobre este escándalo antes de iniciar un proceso interno para decidir el futuro de Johnson.

Para ello, el Comité 1922, que agrupa a los diputados «tories» sin cartera, debe recibir al menos 54 cartas de los legisladores en las que expresen que no tienen confianza en su líder

Fuente: EFE

Relacionados

spot_img

Colaboradores