La exministra siempre ha estado vinculada a centros educativos católicos pero su reforma educativa se vio como un ataque a la concertada
El Gobierno ha nombrado a la exministra de Educación Isabel Celaá embajadora de España ante la Santa Sede, en sustitución de María del Carmen de la Peña, según publica este miércoles el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Con todo, el nombramiento de Celaá no ha sido muy diplomático para algunos. El motivo es que, a raíz de la reforma de la Ley de Educación que impulsó la exministra, la Religión ha pasado a no puntuar para pasar de curso. La ‘ley Celaá’ también puso el ojo contra la educación concertada, un régimen al que se acogen fundamentalmente instituciones religiosas.
A pesar de ello, Celaá ha mantenido siempre una estrecha relación con los centros educativos religiosos. Estudió en el Colegio Sagrado Corazón de Bilbao y más tarde en la Universidad de Deusto, perteneciente a los Jesuitas. Sus hijas también han estudiado en un colegio concertado católicos.
La Asociación profesional de la Carrera Diplomática, que representa al 65% de los funcionaros de este cuerpo, ha criticado el nombramiento a través de su cuenta de Twitter por considerarlo «político» y dejar fuera a «tantos diplomáticos profesionales idóneos para este importante cargo».
La también exportavoz del Gobierno fue diputada del PSOE en Congreso de los Diputados en las XIII y XIV Legislaturas y parlamentaria en el Parlamento vasco. Anteriormente fue consejera de Educación, Universidades e Investigación del País Vasco, vicepresidenta del Parlamento Vasco.
Fuente: El Liberal / EFE.
