El 9 de mayo se celebra en Moscú la victoria lograda contra la Alemania nazi en Rusia. Este año, el desfile estuvo protagonizado por 12.000 efectivos de tierra y 76 aviones y helicópteros
El domingo se celebró el Día de la Victoria contra la Alemania nazi en Rusia, donde hubo un gran desfile militar en la Plaza Roja de Moscú, abanderado por su presidente Vladímir Putin.
Los protagonistas de este desfile han sido los 12.000 efectivos agrupados en 37 unidades de gala a tierra y columnas mecanizadas que incluyeron más de 190 piezas de armamento, incluso equipos militares históricos. Además, tampoco podía faltar la exhibición aérea, aunque estuvo a punto de cancelarse por el mal tiempo.
En esta exhibición aérea participaron 76 aviones y helicópteros, entre ellos destacan: un bombardero estratégico Tupolev Tu-160 que estuvo escoltado por cuatro aviones de combate Sukhoi Su-35S, otro Tu-160 con el avión nodriza Iluyushin IL-78, simulando una operación de reavituallamiento en el aire, cazas de quinta generación Su-57 y los MiG-31K portamisiles hipersónicos Kinzhal.
El desfile también fue protagonizado por el «diamante de Kúbinka», se trata de una alineación compuesta por nueve Su-30SM y MiG-29, que pertenecen a los grupos de acrobacia aérea Sússkie Vitiazi (Guerreros Rusos) y Strizhi (Vencejos). El broche final fue el dibujo de la bandera de Rusia en el cielo realizado por seis aviones de ataque a tierra Su-25.
Tras concluir el desfile, Vladímir Putin recorrió a pie varios centenares de metros que separan la Plaza Roja del Jardín de Alejandro, al pie de la muralla del Kremlin, ofreciendo una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido.
Discurso de Vladímir Putin
En Rusia, la Gran Guerra Patria tuvo lugar en el periodo marcado por la invasión alemana de la URSS (22 de junio de 1941), y la segunda acta de capitulación militar incondicional del régimen nazi firmada en Berlín el 8 de mayo, siendo el 9 de mayo en Moscú.
Putin, en su discurso, resaltó la importancia de esta victoria lograda contra la Alemania nazi, asegurando que fue «una victoria monumental, de importancia trascendental para el destino del mundo entero».
En este discurso, Vladímir Putin también quiso condenar los intentos de revivir las ideas nazis, «la historia exige que saquemos conclusiones y lecciones, pero, lamentablemente, hay intentos de reincorporar al arsenal muchos de los que representaba el ideario de los nazis, que estaban obsesionados con su disparatada teoría de la exclusividad». Además, el presidente de Rusia también quiso denunciar «los intentos de reescribir la historia, absolver a los traidores y a los criminales que tienen las manos manchadas de sangre de cientos de miles de personas inocentes».
Putin habló de la importancia de esta victoria y de su celebración en Rusia, ya que se trata de un evento que «ha sido, es y seguirá siendo una fiesta sagrada para Rusia, para nuestro pueblo», indicó.
