El desmantelado buque USS Ingraham recibió varios ataques sucesivos que terminaron por hundirla
Demostración de fuerza de la Armada estadounidense. La Marina de este país llevó a cabo el pasado 15 de agosto un ejercicio de hundimiento que terminó con la fragata USS Ingraham (clase FFG-61) literalmente partida por la mitad.
En unas maniobras realizadas frente a las costas de Hawái, el buque sufrió una serie de ataques desde tierra, mar y aire. En concreto, impactaron en el barco bombas planeadoras AGM-154 Joint Standoff Weapon, el sistema de armas Harpoon del avión de reconocimiento marítimo P-8A, los misiles antibuque UGM-84 del submarino de ataque rápido USS Chicago y un torpedo MK-48.
El USS Ingraham, no operativa desde 2015, no pudo resistir tal cantidad de fuego y se partió por la mitad.
La Armada de EE.UU. ha explicado que estas maniobras «brindaron la oportunidad de demostrar las innovaciones tecnológicas que están permitiendo conceptos avanzados de ‘kill-web’ [guerra centrada en la web] y de lucha bélica de servicio emergente que permiten acelerar la velocidad y la precisión de la entrega de fuegos de guerra antisuperficie complejos, simultáneos, multidominio y multiplataforma cuando y donde se desee».