lunes, abril 29, 2024
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Un escándalo de casi 500 vacunaciones secretas en Perú salpica al expresidente y a dos ministras

El exmandatario Martín Vizcarra se inmunizó cuando todavía estaba en el poder y cuando la vacuna aún no había sido aprobada

En plena segunda ola de contagios de coronavirus, un nuevo terremoto político sacude el Perú, después de haberse destapado un escándalo de vacunaciones secretas que, antes de la campaña oficial de inmunización, benefició a altos cargos y servidores públicos.

La crisis estalló el pasado miércoles, cuando el periodista Carlos Paredes reveló que el expresidente Martín Vizcarra, actual candidato al Congreso en las elecciones generales del próximo 11 de abril, había sido vacunado en octubre de manera secreta, cuando aún era jefe de Estado.

Desde entonces, nuevas confesiones y renuncias en el seno del Gobierno peruano han marcado la agenda mediática del país. Estas son las cinco claves del escándalo.

¿En qué consiste el escándalo?

Se trata de la aplicación irregular a altos funcionarios y a sus familiares de un exclusivo lote de vacunas entregado por el laboratorio chino Sinopharm para el personal implicado en el ensayo clínico de su vacuna.

Este lunes se hizo pública la lista de los 487 inoculados, donde aparece el expresidente Vizcarra como «invitado» y, registrados como «entorno cercano» figuran los nombres de su esposa y su hermano.

Lejos de ser una peripecia exclusiva de la anterior administración, la controversia salpicó de pleno al actual Gobierno de transición, presidido por Francisco Sagasti, pues también fueron vacunadas las exministras Pilar Mazzetti (Salud) y Elizabeth Astete (Relaciones Exteriores) quienes, a diferencia de Vizcarra, lo hicieron una vez la vacuna ya había sido aprobada.

Contradicciones evidentes

En un primer momento, Vizcarra sostuvo que él fue «voluntario» en los ensayos clínicos de Sinopharm en Perú, pero la universidad a cargo del estudio negó que figurase en los padrones de la prueba.

Horas antes, el exmandatario había publicado un vídeo en las redes sociales en el que reiteraba su versión y negaba tener conocimiento de las vacunas «de cortesía». Aunque pidió perdón a la ciudadanía por no haber informado en su momento sobre su participación en los ensayos, Vizcarra aseguró que no «mintió» ni cometió «delito alguno».

En cambio, el arrepentimiento sí que marcó el mensaje que difundió en la víspera la exministra Mazzetti, en el que admitió haber recibido la dosis de Sinopharm el 12 de enero.

A través de una carta, la extitular de la cartera de Salud reconoció que cedió «ante la inseguridad y los miedos» y calificó su actuación como «el peor error de su vida».

Así, quedó en evidencia que la exministra ya estaba inmunizada cuando la pasada semana dijo que ella se vacunaría una vez que todo el personal de salud hubiera sido inoculado con la primera dosis porque «el capitán es el último que abandona el barco». «Esperaré mi momento», dijo mintiendo.

Dimisiones en el Gobierno

Desde el principio, el presidente Sagasti manifestó su «indignación» por este caso y ordenó que todos los funcionarios del Gobierno que participaron en esta vacunación irregular quedaran «afuera» de sus funciones en el Estado.

La primera en irse fue Mazzetti, quien dimitió el pasado viernes, aunque los detalles de su renuncia no se confirmaron hasta el lunes siguiente. El domingo fue el turno de la extitular de Asuntos Exteriores Elizabeth Astete, quien dimitió tras reconocer que había recibido la vacuna el 22 de enero.

También lo admitieron y renunciaron a su cargo los ahora exviceministros de Salud Luis Suárez y Víctor Bocangel.

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