martes, marzo 19, 2024
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Turquía y el veto a Finlandia y Suecia

Llamaba la atención como Turquía se opuso hace unos días a la entrada de Finlandia y Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, sin embargo a muchos analistas no nos llamó especialmente la atención las declaraciones de Erdogan. Los turcos se han puesto de perfil en el actual conflicto con Rusia…hay muchos intereses comerciales de Ankara con Moscú pero también geoestratégicos: Nagorno Karabaj y las tropas turco-rusas para monitorizar la paz; la carrera por el Asia Central (una revitalización del Gran Juego del siglo XIX) pero también el Mar Negro, donde los turcos han implantado el Mavi Vatan sin problemas.

Pero, sobre todo, Siria. Los turcos, que querían quitarse a Bashar al Asad como fuera y, de paso, ahogar cualquier intento de autonomía kurda (su gran temor); quedó en agua de borrajas cuando para acabar con DAESH los Estados Unidos se apoyaron, precisamente, en las milicias kurdas…hasta tal punto que Turquía y Estados Unidos han estado en guerra (guerra proxi) en el norte de Siria para controlar esta franja.

El tándem Israel-USA-Arabia Saudí-Emiratos apostó tras la caída de DAESH y la fiscalización de los islamistas y las milicias turcomanas por parte de Turquía por apoyarse en los kurdos frente a Turquía y Siria. De hecho ahora para Ankara el único garante de su seguridad en la frontera sur es Rusia…y Bashar al Asad. 

Esta paradoja hace que Ankara, ya reacia a poner los intereses extranjeros por sobre los suyos, vea en la OTAN una organización instrumental en la que cobijarse pero donde comprometerse lo menos posible.

El caso de Finlandia y Suecia para los turcos tiene que ver con el papel de la comunidad kurda en el país, una comunidad muy activa. Este grupo venido de Irak, Siria, Irán o Turquía ha logrado captar apoyos sociales y políticos para su causa y desde el pensamiento escandinavo, mezcla de liberalismo social y socialdemocracia, las identidades están por encima de cualquier otra definición, sobre todo si es nacionalista por lo que las reivindicaciones kurdas tienen buena acogida.

En este sentido Finlandia, pero especialmente Suecia, han sido muy activos en la defensa de la cuestión kurda y eso es una línea roja para Ankara sin contar con el hecho de que una gran cantidad de kurdo-europeos que han ido a combatir a Siria e Irak vienen de estos países que se han demostrado tener vínculos con el YPG (el brazo armado del PYD); sin embargo estos grupos y sus actividades no forman parte de la lista de grupos terroristas de la UE por lo que son legales.

Sin embargo para Turquía estos grupos forman parte del PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que desde los años ochenta han realizado actos terroristas e insurgentes en el centro-este del país lo cual ha provocado que este tema sea especialmente sensible para el gobierno de Ankara y vincule rápido a todos con los kurdos.

Los suecos se escudan en el hecho de que PKK e YPG-PYD no tienen nada que ver, son organizaciones diferentes pero Turquía rechaza estas explicaciones porque para ellos estas no son sólo declaraciones sino que para los turcos el hecho de que en Suecia estén refugiados el líder kurdosirio Salih Muslim o el ex parlamentario kurdo turco Zubeyr Haydar (buscado por la policía turca para ser juzgado) es ya un indicio de que en el país escandinavo hay algo más que mera simpatía…sin contar con Pehr Garton o Jaber Amin que han pedido que el PKK sea sacado de la lista de grupos terroristas de la Unión Europea usando como precedente la salida del grupo “Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán” en 2009.

Además, como señalamos arriba…el porcentaje de kurdo-suecos entre los combatientes en Siria e Irak es alto. Esto ha provocado que Ankara haya rememorado la reentrada de Grecia en la OTAN en 1980, vuelta que no fue rechazada por Turquía. Esa actitud provocó un fuerte arrepentimiento entre los turcos ya que entendieron que habían ayudado a un gran enemigo a compartir el paraguas de la misma organización de defensa militar…y juraron que jamás se repetiría ese mismo error.

Finlandia y Suecia, especialmente, representan un peligro para Turquía no sólo por la comunidad kurda sino porque pueden aliarse con Grecia y Estados Unidos, país cuyas relaciones son cada vez más tensas, y presionar a Turquía para debilitarles en su área de influencia que tantos años llevan trabajando y cuando hablamos de esa área de influencia debemos entender que aparte de la cuestión de Siria para los turcos el Mavi Vatan es uno de los más importantes proyectos geopolíticos y abarca tres mares: el Negro, el Egeo y el Mediterráneo Oriental.

Esta triangulación coincide con la triangulación rusa: Kaliningrado-Bielorusia-Crimea (con el control de la estepa y lo que el geopolitólogo Mackinder denominaba el “Heartland”…que se superpone a la Iniciativa Tres Mares que busca triangular un espacio terrestre en la región de Europa Central mediante el control del Mar Báltico-Adriático y Mar Negro bajo un proyecto de estados europeos mientras que el plan atlantista del bloque USA-Reino Unido se basa en aplicar la Unión Intermarium (Mar Báltico-Mar Negro) con el control de los territorios entre ambos límites geográficos ahora dinamizado por el exdiputado ucraniano Andrei Biletsky.

Los turcos ven estos intentos (el de la Iniciativa Tres Mares y el de la Unión Intermarium) como intentos atlantistas de expulsar a los rusos y turcos, someter a Alemania y Francia y situar a Washington y Londres como ejes de poder. Este poder se completaría con el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN para lograr estos fines que están estrechamente enfrentados a la visión política turca de su seguridad geoestratégica en el Mar Negro.

Desde Ankara se intenta que ese mar tenga la menor tasa de conflictividad posible y en paralelo evitar que la activa comunidad kurda de Suecia logre cotas de poder dentro de la OTAN que puedan poner en riesgo la seguridad nacional turca y hacer tambalearse las inestables fronteras de Siria e Irak o lo que es peor aún…reforzar las actividades kurdas dentro de Turquía amenazando la propia viabilidad del estado.

Ankara ha dejado claro que no va a volver a repetir el error griego de 1980 porque su seguridad e intereses priman sobre los intereses de las organizaciones de las que forma parte aunque también saben que la negativa a la entrada de Suecia y Finlandia va a provocar reacciones y presiones que es posible que tengan como objetivo la revitalización del conflicto marítimo chipriota y la controversia (eterna por cierto) con Grecia.

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