sábado, mayo 11, 2024
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Los efectos secundarios más y menos comunes de cada vacuna

Recopilamos los efectos de cada preparado, desde los más comunes y leves hasta los más raros y graves

Los efectos benignos de la vacuna contra el covid-19 llevan meses haciéndose evidentes en España. Las cifras de hospitalizaciones y fallecimientos han caído drásticamente, incluso a pesar del aumento de contagios de la quinta ola, especialmente entre los grupos de población en los que la campaña de inmunización está más avanzada.

Con todo, es cierto que las vacunas provocan algunos efectos secundarios, la mayoría de ellos muy leves y comunes a otras vacunas. A continuación, repasamos las consecuencias no buscadas de los antídotos, también aquellos más extraños y de más gravedad.

Efectos leves

En primer lugar, debemos hablar de las reacciones más comunes, en su mayoría leves y que aparecen con todas las vacunas contra el covid-19.

Hablamos de síntomas como dolor en el brazo, fiebre, dolor de cabeza, fatiga, mareos o malestar general.

Efectos severos

Pasamos ya a describir los efectos más graves. También varios de ellos se han diagnosticado en las vacunas de varios laboratorios. Es el caso, por ejemplo, de los casos de miocarditis y pericarditis, que se han descrito en pacientes pinchados con Pfizer, Moderna, Janssen y AstraZeneca.

A pesar de ello, se trata de casos muy raros con apenas incidencia de un diagnosticado cada cientos de miles de vacunados.

Otros casos descritos son de síndrome de trombosis con trombocitopenia, aparecidos en vacunados con AstraZeneca y Janssen. En concreto, en España se han dado 32 diagnósticos con el antídoto británico y solo uno con el estadounidense.

Estos mismos dos laboratorios también han registrado casos del síndrome de fuga capilar, una condición por la que aparecen edemas o retención de líquidos en las extremidades y disminuye la tensión arterial. En Europa se han observado nueve casos entre millones de vacunados, ninguno en España.

Por último, otros síntomas algo más graves observados (aunque, de nuevo, con una incidencia bajísima) son la sudoración nocturna y la falta de apetito (Pfizer), la anafilaxia (Moderna), así como el síndrome de Guillain-Barré y la encefalitis (AstraZeneca).

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