lunes, abril 29, 2024
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(ENTREVISTA) Estanislao Nistal, virólogo: «Con ómicron, la enfermedad puede ser más leve y reducir el tiempo que transmitimos el virus»

Estanislao Nistal (Toral de los Guzmanes, 1975) es virólogo y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo. Trabajó durante casi diez años en el Departamento de Microbiología del prestigioso Hospital Monte Sinaí de Nueva York y desde 2010 es investigador del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra. Nistal analiza para El Liberal la actual situación epidemiológica, marcada por una variante ómicron que define como «más transmisible» pero que provoca una «enfermedad más leve».

¿Qué le parece el reciente decreto del Gobierno que obliga a usar la mascarilla en exteriores?

Promulgar una medida así debe de realizarse con la convicción de su utilidad y su papel determinante que sirva para solucionar el problema planteado. Sin esa convicción y el acompañamiento de otras medidas que sirvan para reducir la avalancha de casos y poder atenuar el impacto en la saturación del sistema sanitario de cara a la vuelta de las vacaciones, la mascarilla en exteriores puede tener un impacto más estético que efectivo.

¿Qué se sabe en este momento sobre la variante ómicron? ¿Es más contagiosa? ¿Provoca síntomas menos graves que delta?

La variante ómicron presenta varias características distintas a las variantes anteriores. La primera es que es más trasmisible y está reemplazando rápidamente a las variantes anteriores. Esto se puede deber a que, debido a un gran número de mutaciones, el virus esquiva el bloqueo de la mayoría de los anticuerpos neutralizantes que hemos generado frente al virus por habernos vacunado o infectado.

Esta variante está causando síntomas de la enfermedad antes que las variantes anteriores, lo cual puede ser un síntoma de que somos capaces de detectar la infección antes y comenzar a defendernos antes también, con lo que la enfermedad puede ser más leve y reducir el tiempo que transmitimos el virus. Sin embargo, aún no está claro si esto es una consecuencia de que una grandísima parte de la población tiene inmunidad frente al virus o de cambios que hayan atenuado al virus.

¿Qué comparación hace de la situación epidemiológica actual con respecto a la de las Navidades pasadas? ¿Estamos mejor?

El primero es que la mayor parte de la población ha desarrollado una capacidad inmune frente al virus que hace un año no tenía. Bien debido a la vacunación o a la infección o a la combinación de ambas, el impacto del virus va a ser menor en cuando a la posibilidad de desarrollar el COVID. En la mayor parte de los casos la infección va a causar síntomas leves o nulos.

Sigue siendo preocupante, sin embargo, el riesgo que pueden tener personas con una inmunización pobre que tengan predisposición a desarrollar el COVID grave. El que haya una avalancha de casos puede repercutir en que la atención que debieran recibir para tratar de salvarles no sea la mejor. La sensación de que esta variante puede causar síntomas más leves no debería hacernos olvidar este problema y tener una actitud responsable más allá de las normas que nos pongan.

¿Ha aprendido el mundo a prepararse para potenciales futuras pandemias?

Posiblemente sí, pero aprender no significa tener capacidad. Por ejemplo, a nivel local, en nuestro país debiera de haber un plan anual de preparación ante este tipo de catástrofes. Nunca deberíamos de olvidar el problema de desabastecimiento de material básico de protección del personal sanitario al comienzo de la pandemia, ni la falta de previsión para afrontar un problema sanitario tan grande como el que teníamos en las residencias. Creo que todo el mundo, independientemente de sus creencias o tendencias, es consciente de nuestra vulnerabilidad y de la necesidad de estar preparados en este sentido.

Desde el Jean Boulle Group y la Sociedad Española de Inmunología acaban de poner en marcha un premio para galardonar a equipos de investigación en tratamiento y prevención de enfermedades infecciosas. ¿En qué consiste exactamente este reconocimiento?

En nuestro país existen premios muy importantes que reconocen trayectorias científicas, pero necesitamos un premio de prestigio internacional que ponga en valor nuestro papel en la historia y reconozca de una manera clara el valor de equipos de investigación que hayan supuesto un hito en la resolución de problemas asociados a las enfermedades infecciosas.

En Alemania, el premio Robert Koch, o en Francia el Sanofi-Pasteur, son premios de reconocimiento mundial que dan valor al papel de figuras científicas reconocidas mundialmente. Sin embargo, existe un gran desconocimiento de lo que supuso la Expedición Filantrópica de la Vacuna, quizá uno de los hitos más importantes de nuestra historia. Desde España deberíamos darlo a conocer y poner en valor al ser una empresa más allá de las personas y de las fronteras entre países. La dimensión universal de un bien científico y solidario impulsado desde nuestro país va más allá de la ciencia o de la política. Nos sentimos comprometidos a no dejarlo pasar en la circunstancia actual.  

Han bautizado estos premios en honor a Francisco Javier Balmis e Isabel Zendal. ¿Por qué quieren reivindicar aquella expedición?

Hoy en día la ciencia no es cosa de una persona, a pesar de que pueda ser inspiradora o la guía que aglutine una empresa investigadora. Es necesaria la cooperación de equipos multidisciplinares. La Expedición Filantrópica de la Vacuna no fue cosa de una o de dos personas con habilidades excepcionales, sino de un equipo de personas, de niños, hombres y mujeres al servicio de un fin más grande que sus personas. El reconocimiento de las figuras de Francisco Javier Balmis y de Isabel Zendal nos tiene que servir para ser conscientes de la necesidad de trabajar en equipo y colaborar con un fin de solucionar problemas asociados a la salud.

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