El cohete Larga Marcha-5B Y2 ha generado una gran preocupación entre los profesionales por si su impacto en la Tierra puede causar daños al golpear en áreas habitadas
China envió al espacio un módulo para construir su estación espacial. Este módulo iba dentro del cohete Larga Marcha-5B Y2, y se lanzó desde el centro de lanzamiento de satélites de Wenchang que se encuentra situado en la isla de Hainan.
Esta nave (16.6 metros de largo y 4.2 metros de diámetro), se encuentra actualmente fuera de control en el espacio, por ese motivo, el pentágono estadounidense está rastreando este cohete chino, porque se espera que regrese a la atmósfera de la Tierra «alrededor del 8 de mayo», según ha comunicado Mike Howard, portavoz del Departamento de Defensa.
Este posible impacto preocupa al Comando Espacial de Estados Unidos que está rastreando la trayectoria del cohete, ya que no se saben en qué lugar podrían caer los escombros de este cohete. La mayor parte de los objetos del espacio se queman en la atmósfera cuando entran en la Tierra, el problema es que este cohete chino lleva un módulo que pesa 22 toneladas, por ese motivo, ha generado una gran preocupación entre los profesionales por si su impacto en la Tierra puede causar daños al golpear en áreas habitadas.
Aunque la entrada de este cohete en la atmósfera preocupe a algunos especialistas, Jonathan McDowell, experto del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, anuncia que no hay que preocuparse por el impacto del cohete, «el riesgo de que haya algún daño o de que golpee a alguien es bastante pequeño».
McDowell concluye diciendo que el puesto más probable en el que puedan impactar los restos de este cohete será en el océano, «si quiere apostar a dónde aterrizará algo en la Tierra, apueste por el Pacífico, porque el Pacífico es la parte más extensa de la Tierra. Es así de simple», añade McDowell.
