Esta última prueba tuvo lugar en el Atlántico, a 166 kilómetros de la costa de Florida, y consistió en detonar 20 toneladas de explosivos cerca del estribor de la nave
Finalizan las pruebas de resistencia del portaaviones USS Gerald R. Ford, con una tercera explosión que ha llevado a cabo la Armada estadounidense justo al lado de este portaaviones, el buque más caro y avanzado del mundo.
Este ha sido el tercer evento que ha llevado a cabo la Armada para completar las pruebas del USS Gerald R. Ford, que tuvieron lugar en el Atlántico, a 166 kilómetros de la costa de Florida. Esta última prueba consistió en detonar 20 toneladas de explosivos cerca del estribor de la nave, así ponían a prueba este portaaviones.
El capitán, Paul Lanzilotta, confirmó a los medios de comunicación que los daños fueron menores de lo que esperaban, indicó que se habían roto algunas cosas, pero «las arreglaremos», aseguró.
Esta tremenda explosión fue incluso registrada por el Servicio Geológico de EE.UU., y calificada como un evento sísmico de magnitud 3,9.
Con esta tercera explosión, finalizan las pruebas del portaaviones, que zarpará rumbo a un astillero de Virginia para someterse a unos trabajos necesarios de mantenimiento y modernización que durarán varios meses.
Después de este viaje, el USS Gerald R. Ford finalmente podrá ser usado por la tripulación, que realizarán varios entrenamientos para el primer despliegue como parte de un grupo de ataque programado para finales del año 2022.
Para conocer el impacto de la explosión en esta prueba, el buque contaba con sensores para obtener datos que, posteriormente, comparaban con el escenario pronosticado en una simulación computarizada. Así, los resultados obtenidos se tomarán en cuenta durante la construcción de los siguientes navíos de la clase.
Este portaaviones se incorporó en julio de 2017 a la Armada estadounidense como cabeza de serie de la nueva gama de portaaviones de propulsión nuclear. Del USS Gerald R. Ford destacan sus elevadores electromagnéticos de armas avanzadas, que sirven para subir bombas, misiles y otras municiones hasta los hangares, donde se encuentran los aviones.
Para la construcción de este gran buque se tuvieron que invertir más de 13.000 millones de dólares, ya que tiene unas características únicas: un desplazamiento de 100.000 toneladas, 337 metros de eslora y 78 de manga y, además, su velocidad máxima es de 30 nudos.
