sábado, abril 27, 2024
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Podemos acentúa su distancia con el PSOE y con Yolanda Díaz ante la cita electoral del 28M

Tanto la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, como su número dos, Irene Montero, llevan semanas reprochando a Díaz su falta de compromiso con la unidad

Podemos está poniendo cada vez más distancia entre sus socios socialistas en el Gobierno de coalición y también con Yolanda Díaz, con la que no aflojan el pulso que mantienen desde hace meses, ante la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales de mayo.

A mes y medio del 28M, los morados se han metido ya de lleno en la faena electoral queriendo marcar su propio territorio, pero sobre todo dejando claro quiénes son los «rebeldes» del Ejecutivo frente a un PSOE que va arrastrando los pies, como repiten de manera insistente, y una candidata con la que, en principio, buscan sumar pero a la que no dejan de cuestionar.

Ponen en duda desde que quiera de verdad la unidad de la izquierda alternativa hasta determinados posicionamientos políticos y llevan semanas dejando las sutilezas a un lado para entrar de lleno en las críticas a la vicepresidenta segunda del Gobierno.

Tanto la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, como su número dos y ministra de Igualdad, Irene Montero, llevan semanas reprochando a Díaz su falta de compromiso con la unidad al no conseguir que ésta firmara un acuerdo por escrito para fijar ya las condiciones de la celebración de primarias abiertas sin contar con el resto de formaciones que finalmente se sumen a este proyecto colectivo.

Por eso se ausentaron de Magariños el 2 de abril, donde Yolanda Díaz oficializó su candidatura ante una quincena de fuerzas de la izquierda alternativa, y por eso han redoblado los dardos contra la ministra de Trabajo.

Dardos que la formación vuelve a dejar caer en el video promocional de la Fiesta de la Primavera de Podemos, que se celebra el fin de semana en Zaragoza, en lo que supone el arranque de la precampaña y que no solo van dirigidos a Díaz, sino también al ministro de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, y al de Universidades, Joan Subirats, de los comunes, ambos volcados con la vicepresidenta.

A IU no le han hecho ninguna gracia estas alusiones y así lo ha manifestado Carlos Sánchez Mato, miembro de la dirección federal, que ha advertido a los morados de que esto no debería ir de competir sobre «quién es más rojo» sino de cooperar, mientras que Díaz evita el choque con los morados y no responde a las acusaciones indirectas de actuar con tibieza en cuestiones clave para la izquierda, como son la OTAN y el envío de armas a Ucrania.

Eso sí, igual que en Magariños mandó el recado de que no aceptaba tutelas de nadie, ha vuelto a repetir que es libre y que ella tiene «perfil propio, proyecto propio» y que está «harta de ser de hombres».

De la misma manera que los morados buscan diferenciarse abiertamente de Sumar de cara a unas elecciones a las que no concurre Díaz, pero cuyo apoyo en campaña sí reclaman, quieren ensanchar también la brecha con el PSOE para que los votantes visualicen que todos los avances y reformas en derechos sociales del gobierno de coalición han sido realidad gracias a Podemos.

Ahora están presionando a los socialistas para que la ley de vivienda con la regulación de los alquileres se apruebe ya, porque la quieren utilizar como una de sus bazas electorales. Parece que hay opciones para que salga adelante la semana que viene.

Presionan también ante la subida de los tipos de interés, planteando una iniciativa para que de forma gratuita los bancos faciliten el cambio de una hipoteca variable a otra de tipo fijo, y con establecer un tope a la cesta básica de la compra, cuestiones que preocupan mucho a la ciudadanía

Por el lado de los derechos, otro de los ejes de la estrategia política de Podemos, siguen retando al PSOE con la reforma de la ley del sólo sí es sí y aunque se han movido al plantear que la violencia e intimidación sean agravantes, el PSOE no cede y asume ya que sacará adelante esta reforma con el PP y Vox.

En este contexto movedizo, planea la posibilidad de que Sumar y Podemos concurran finalmente por separado a las generales de diciembre, algo que desaconseja Pablo Iglesias desde la tramoya del partido pese a que las dos marcas «son cada vez más diferentes en estilos y discursos».

A los socialistas les pone nerviosos que no no acaben entendiéndose porque eso pondría en peligro sus planes de repetir en Moncloa. Y, en cambio, no les preocupa que Yolanda Díaz pueda arrebatarles votos porque entienden que sus espacios electorales son distintos aunque sea evidente que la vicepresidenta esté jugando también en el campo socialdemócrata.

Fuente: EFE

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