viernes, abril 26, 2024
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Mañueco no es Ayuso: el PP adelanta a la izquierda por la mínima sumando solo dos procuradores

Mañueco no ha conseguido emular la victoria de la presidenta madrileña y tendrá que lidiar con las exigencias de Vox

Castilla y León no era la Comunidad de Madrid y Alfonso Fernández Mañueco no era Isabel Díaz Ayuso. El PP firma una victoria amarga porque gana, pero necesita sumar con Vox. El efecto Ayuso no se ha podido exportar y Pablo Casado tendrá que lidiar con las exigencias de Santiago Abascal.

A diferencia de lo que ocurrió en 2019, el PP ha ganado las elecciones, pero los 31 procuradores logrados les dejan a diez de la mayoría absoluta. La llave la tiene Vox y sus 13 procuradores.

El PP necesita el sí de Vox o, como alternativa, lograr el respaldo de algunas de las candidaturas provinciales -Unión del Pueblo Leonés, Soria Ya y Por Ávila- y que esta formación se abstenga. Abascal ha dicho ya que su candidato, Juan García-Gallardo, se le ha puesto cara de vicepresidente.

Los populares adelantaron las elecciones con el objetivo de amarrar un gobierno en solitario y con manos libres, pero ahora tendrán que entenderse con uno o más socios, estén fuera o dentro del Gobierno.

El PP y Fernández Mañueco se han felicitado por el resultado de las urnas y han dado la misión por cumplida porque en Castilla y León no gobernará la izquierda, como según el PP hubiera ocurrido con una hipotética moción de censura que según Ciudadanos no existía. Sin embargo, ésta no es la única meta que se marcaron los populares. El objetivo era también emular la victoria de Isabel Díaz Ayuso y no se ha logrado.

La presidenta madrileña estuvo cerca de doblar en mayo de 2021 los resultados del PP en 2019, pero, Mañueco, pese a ganar, solo ha sumado dos procuradores -de 29 a 31- y, a diferencia de su compañera de partido, no ha conseguido comerse a Ciudadanos, a pesar del descalabro de los naranjas, que pasan de 12 a un procurador, Francisco Igea.

Como Díaz Ayuso, Mañueco adelanta a la izquierda, pero por la mínima, porque, a pesar del retroceso de los socialistas, que se dejan siete escaños, PSOE y Unidas Podemos suman 29 escaños. La diferencia es que en Castilla y León las candidaturas provinciales suman siete procuradores.

Las urnas no solo no han diluido el efecto de la presidenta madrileña, sino que lo han confirmado. Y en el futuro próximo está la pugna por el control del PP madrileño, soterrada en las últimas semanas, pero pendiente de resolución. Además, en campaña, el equipo de Fernández Mañueco incrementó los actos con la presidenta madrileña tras comprobar su poder de arrastre, que consideraban mayor al de Casado. Y ‘ayusizó’ los mensajes, confrontando de forma directa con Pedro Sánchez.

Las elecciones pretendían ser también un trampolín para Casado. En el PP señalan que ha quedado demostrado que el cambio de ciclo es imparable y enumeran las derrotas del PSOE, pero en ese supuesto vuelco Vox se muestra imprescindible.

Castilla y León enfrentará al PP a un dilema: gobernar o no con Vox. En la sala de máquinas de Génova buscan mandar un mensaje de tranquilidad porque han ganado estas autonómicas, pero admiten que una coalición con Vox interesa a los socialistas. Dar consejeros a Vox puede alejar a su electorado de centro. Las de Castilla y León son además la antesala de las elecciones andaluzas, donde el PP quiere asestar un nuevo golpe al PSOE en su feudo tradicional, pero, donde de nuevo, las miradas estarán también puestas en Vox.

Fuente: EFE

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