Un detalle bien visible al comparar los momentos más célebres de ambas estrellas del baloncesto ha sido muy comentado en las redes sociales
LeBron James y Michael Jordan han sido comparados en infinidad de ocasiones. El debate sobre quién es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos cada vez se reduce más a estas dos estrellas, aunque parece que el segundo sigue imponiéndose para muchos. También lo consigue en una comparativa entre las dos canastas por excelencia de ambos mitos: la que aseguró el sexto anillo de campeón de la NBA de Jordan en 1998 y la que convirtió en el máximo anotador histórico de la mejor liga del mundo a James en este 2023.
Con la comparativa entre Jordan y LeBron de plena actualidad esta semana, hay un detalle entre estas dos fotografías para la historia del deporte de la canasta que otorga una victoria parcial al ’23’ de los Chicago Bulls. Cuando MJ lanzó el que sería su tiro ganador por excelencia en el 98, a punto de concluir aquel legendario sexto partido frente a los Utah Jazz en las Finales, todo el pabellón se quedó mirándole con la boca abierta. Lo raro, en esa imagen, es encontrar a alguien que no esté mirando a ‘Air’.
Sin embargo, todo cambia 25 años después, cuando es James quien tira para anotar los dos puntos que le convirtieron en el jugador con más puntos de toda la NBA, por delante de Kareem Abdul-Jabbar. En la instantánea que recoge el momento, lo excepcional es encontrar a alguien que no esté grabando la escena con su teléfono móvil.
En esa segunda imagen, llaman la atención aquellos valientes que pasan de la tecnología y asisten al hito de LeBron James con sus propios ojos y no a través de una pantalla. Entre ellos, se encontró el fundador de Nike, Phil Knight, que estaba en primera fila y no sacó el móvil para tener un vídeo de recuerdo del momento.
Los tuits señalando la ausencia de móviles en una escena y la absoluta dependencia de ellos en la otra han sido multitud durante las últimas horas, haciendo viral la comparativa. Estamos ante dos fotos para la posteridad con una diferencia abismal a la hora de disfrutar de lo que ocurre en la cancha.
