Correa afirma que son “ciertos” los hechos reflejados en el escrito de acusación de la Fiscalía y detalla las corruptelas de las que se beneficiaron determinados excargos del PP
Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel, ha remitido al juez dos escritos donde involucra en sus actividades ilegales a media docena de excargos del PP en los municipios de Majadahonda y Boadilla del Monte, según ha adelantado El País.
Correa afirma que son “ciertos” los hechos reflejados en el escrito de acusación de la Fiscalía y detalla las corruptelas de las que se beneficiaron determinados excargos del PP. De esta forma, declara que pagó supuestas comisiones al exalcalde de Boadilla Arturo González Panero, al que define como una persona como «una ambición desmedida, desproporcionada, con una falta y carencia de moralidad inexplicable» y con el que mantenía una relación “muy complicada” porque “no mantenía su palabra ni código ninguno”.
Esas comisiones las habría abonado “en especie” —“viajes, ropa, regalos”— y se canalizaban a través de Isabel Jordán, quien fuera administradora de cuatro empresas de la trama Gürtel, que tenía “facultades” dadas por él “para decidir las dádivas en especies de los distintos trabajos que nos encomendaba”. Correa asegura que se introdujo en el ayuntamiento de Boadilla, donde llegó a colocar a amigos suyos en Empresa Municipal de la Vivienda, a través del eurodiputado del PP Ricardo Galeote y del exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega, también condenado en el juicio de la primera época de Gürtel.
“Yo actuaba como intermediario entre los empresarios de empresas de construcción o de servicios y la alcaldía así como con la Empresa Municipal de la Vivienda. Yo negociaba el margen de porcentaje de cada adjudicación y cuando se materializaba la contratación, el empresario me entregaba el dinero en efectivo y yo siempre le entrega a Arturo González Panero (alcalde) o a Tomás Martín Morales (presidente de la Empresa Municipal de la Vivienda) dependiendo de cual fuera el órgano que licitaba el concurso: la alcaldía o la Empresa de la Vivienda. Como dato significativo: el alcalde percibía dádiva en cualquiera de los casos, es decir siempre”, afirma en su escrito.
