viernes, abril 26, 2024
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El rey emérito deja entrever su vuelta a España durante su viaje a París para acompañar a Vargas Llosa

Juan Carlos I asistió junto con la infanta Cristina a la ceremonia de la Academia Francesa que convirtió en uno de sus miembros a Mario Vargas Llosa

El rey emérito dijo este jueves que «seguramente» irá pronto a España, en un breve comentario al salir de la ceremonia de la Academia Francesa que convirtió en uno de sus miembros a Mario Vargas Llosa.

Juan Carlos I asistió a la ceremonia junto con la infanta Cristina, y ambos estuvieron sentados en primera fila del salón de la cúpula del Instituto de Francia, por invitación personal del Nobel hispano-peruano.

«Yo creo que tendría que haber un poco más de comprensión y de agradecimiento con un rey del que depende en gran parte la libertad de la que gozamos hoy en España», señaló Vargas Llosa a la salida de la ceremonia en declaraciones a los periodistas.

Además, el escritor se mostró «muy agradecido» por la presencia de ambos: «Creo que le han dado un cierto realce a la ceremonia».

«El rey emérito ha hecho un gesto muy simpático viniendo», recalcó Vargas Llosa.

A su llegada, Juan Carlos I respondió con un «muy bien. Encantado de veros», escueto pero con gesto sonriente, a los periodistas que, a distancia, le preguntaron cómo estaba mientras entraba en el anfiteatro.

Al ingresar a la sala, el rey emérito y su hija recibieron una ovación de los asistentes, antes de sentarse en la primera fila del anfiteatro sin que nadie más estuviera a su lado.

Y al salir, el saludo de Vargas Llosa, enfundado en su uniforme de nuevo académico y su invitado causó una auténtica «melée» de rugby entre fotógrafos y cámaras de televisión que no querían perderse la imagen.

«Esto es una locura», se lamentaba una funcionaria de la Academia, más acostumbrada a la rigidez del protocolo de la institución, fundada hace casi cuatro siglos.

El rey emérito, que reside en Abu Dabi, se desplazó a París en viaje privado después de que el propio Vargas Llosa le extendiera una invitación para acudir a la solemne ceremonia.

No se conocen otros posibles detalles de la agenda de Juan Carlos I en París.

A sus 86 años, Vargas Llosa ocupará el sillón número 18 de la Academia Francesa, una institución creada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por la lengua francesa.

Vargas Llosa accede a la Academia Francesa con un alegato por la novela libre

El escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa hizo este jueves historia al entrar en la Academia Francesa, la institución encargada de velar por la pureza de la lengua de Molière, en una solemne ceremonia en París en la que aseguró que «la novela salvará la democracia o se echará a perder con ella y desaparecerá».

«Déjenme ahora exponer mi teoría, que vale lo que vale, un poco más y sin duda, un poco menos, que tantas otras que circulan en nuestra época de teorías literarias. La novela salvará la democracia o se echará a perder con ella y desaparecerá«, afirmó el premio Nobel.

En una larga alocución bajo la emblemática cúpula de la sede del Instituto de Francia (institución a la que pertenece la Academia Francesa) y ante invitados selectos como el rey emérito español Juan Carlos I, Vargas Llosa defendió la novela libre, una que sí que sobrevivirá a todo, y no como la «caricatura que los países totalitarios nos venden como novelas».

«Solo existen después de haber pasado por la censura que las mutila, a fin apuntalar de las instituciones fantasmagóricas de pantomimas de democracia como de las que nos da ejemplo la Rusia de Vladímir Putin», criticó.

En su alegato, el autor de La fiesta del Chivo y La ciudad y los perros también dijo que «nadie está a salvo si no todos somos libres. Es la gran enseñanza de la literatura francesa».

«La vida debe ser como la de los libros: libertad plena en todo y para todos (…) De ahí la necesidad de seguir la lucha hasta que el mundo se parezca al mundo de la literatura», razonó Vargas Llosa, vestido con el uniforme oscuro con hojas de olivo bordadas en verde de los académicos franceses y portando la tradicional espada.

Fuente: EFE

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