Las nevadas y el descenso del termómetro de estos días ha permitido sin embargo cumplir con la gran primera cita del calendario, el puente de la Constitución
El Pirineo, tanto catalán como andorrano y francés, acaba de inaugurar la temporada de esquí, cuyo inicio oficial se ha resistido más de lo que acostumbraba en los últimos años, sin perspectivas halagüeñas hasta el último momento por las elevadas temperaturas con que arrancó noviembre.
Las nevadas y el descenso del termómetro de estos días ha permitido sin embargo cumplir con la gran primera cita del calendario, el puente de la Constitución. Antes de la irrupción de los cañones de nieve y de su reciente evolución tecnológica, estas fechas difícilmente se marcaban como destacadas en el calendario de las estaciones, pero ya hace tiempo que son el primer pico de campaña, aunque el cambio climático juega ahora en contra.
Finalmente, las condiciones adecuadas se han dado y los esquiadores disfrutan ya de las diferentes pistas e, incluso, en algunos casos desde algún día antes como en el de Baqueira Beret, en Lleida. Esta estación es una de las dos grandes gigantes de esta parte del Pirineo junto a la andorrana Grandvalira, convertida ya en único dominio de aquel país tras completar la política de adquisiciones con la última que pieza que le quedaba, la de Pal-Arinsal. Aquí se ofrecen más de 65 kilómetros de pistas y espesores que se sitúan en el área de Ordino Arcalís, el que cuenta con más porcentaje de superficie abierta al público, de hasta 40 centímetros
Baqueira, muy beneficiada por las precipitaciones previas al puente, ha anunciado que en estas fechas prevé tener operativa la práctica totalidad de su dominio con 150 kilómetros esquiables y más de un centenar de pistas. Los espesores en esta estación oscilan entre los 40 y los 55 centímetros, mientras que el resto del Pirineo catalán se mueve entre los 10 centímetros en cotas bajas de Port Ainé y los 60 en altas a los que llega Port del Comte.
Por el medio, los 40 centímetros de Boí Taull y Vall de Nuria, los 35 de Masella, los 30 de La Molina y los 25 de Espot.
La situación cambia ligeramente en Francia, donde la ausencia del puente hace que el inicio de campaña no esté pendiente de esta fecha, aunque su Pirineo se ha acostumbrado a la presencia notable de españoles y muchos dominios abren también ahora para atraer a ese cliente desde el inicio de la temporada.
Así sucede con Cambre d’Aze, Font-Romeu, Formigueres, Les Angles o Porté-Puymorens, que por su proximidad a la frontera cuentan habitualmente con numerosos esquiadores catalanes, y con algunas más occidentales como Sant-Lary o Piau-Engaly.
De nuevo en Cataluña, FGC, que gestiona todas las estaciones con la excepción de Baqueira Beret, Port del Comte y Masella, ha anunciado tarifas especiales el primer fin de semana en instalaciones como Boí Taull, que establece esos días el precio de su forfait de adulto en 29,5 euros. Igual sucede en Port Ainé y Espot, que cobrarán 29 y 18 euros respectivamente, mientras que La Molina ha comunicado que el dominio conjunto con Masella sólo abrirá a personas que dispongan de abono de temporada.
La estación de Vallter es la única que todavía no tiene definida la fecha de inicio de campaña, aunque sus responsables confían en abrir a lo largo del puente en función siempre de las condiciones meteorológicas. Desde la Generalidad, tanto el consejero Juli Fernández como el nuevo presidente de FGC, Toni Segarra, han destacado en este estreno la importancia del esquí para desestacionalizar el turismo y contribuir a la economía de las zonas de montaña.
Ambos han recordado además la apuesta en favor de la sostenibilidad realizada en esta estaciones, pero también en las otras tres catalanas e, igualmente, en las francesas y andorranas.
Energías renovables, sistemas de reaprovechamiento del agua o descarbonización del parque de vehículos forman parte de las medidas adoptadas en un sector que espera una nueva temporada de éxito después del duro revés que supuso la restricción de movilidad durante la pandemia.
Fuente: EFE
