El Gobierno se ha gastado un 10% más de lo presupuestado en la partida de ‘productividad’ y un 178% más en la de ‘gratificaciones’
El pasado viernes conocimos que la economía española cayó un 11% en 2020, el mayor hundimiento del PIB desde la Guerra Civil y un dato que acaba con seis años consecutivos de crecimiento. Pues bien, precisamente en este catastrófico año desde el punto de vista económico —además de sanitario, por supuesto—, el Gobierno de Pedro Sánchez destinó 807 millones de euros en sobresueldos para funcionarios.
Según publica ‘El Español’, los Presupuestos ya contemplaban una partida de 734 millones en concepto de productividad para pagar pluses y gratificaciones de empleados públicos. Sin embargo, el Ejecutivo no debió juzgar esta cantidad como suficiente, pues en 2020 se gastó 807 millones, 73 más de lo previsto, una cantidad que necesariamente debe haber sido transferida desde otras partidas presupuestarias o bien sacada del Fondo de Contingencia, lo que repercutiría directamente en el déficit.
Pero la productividad no es la única partida dedicada a estos fines. En los Presupuestos también hay un dinero destinado a gratificaciones, por servicios de carácter excepciones o fuera de la jornada laboral. Pues bien, también aquí el Gobierno ha sobrepasado lo previsto sobre el papel. El dinero que iba a distribuirse según este concepto eran 41 millones, pero la factura final para las arcas públicas ha sido de más de 114 millones, un 178% más.
El sobrecoste de las partidas de ‘productividad’ y ‘gratificaciones’, de 73 millones cada uno, suman un total de 146 millones extra destinado a sobresueldos de trabajadores públicos.
