domingo, mayo 19, 2024
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El embajador ruso en España: «Rusia no tiene ninguna intención de atacar Ucrania»

El diplomático denunció que la OTAN ha violado tratados internacionales y dijo que los movimientos de tropas rusas son maniobras ordinarias

Desde la última subida de tensión entre Rusia y la OTAN, liderada por los Estados Unidos, la situación ha ido escalando a nivel diplomático pero, sobre todo, a nivel mediático. Los medios de comunicación, la mayoría al unísono, se han dedicado a analizar bajo el mismo prisma atlantista la crisis de Ucrania como si esta se tratase de un capricho ruso y no de una reacción ante una serie de eventualidades históricas que ha hecho reaccionar a Moscú, ya en 2014 con el Euromaidán pero que en estos momentos, especialmente tras las crisis de Bielorrusia de 2021 y de Kazajistán a principios de 2022, parece haber vivido una reactivación.

Las acusaciones lanzadas contra el liderazgo ruso pero también contra los soldados y la sociedad rusa en general ha hecho que la Embajada rusa en España decidiera convocar este jueves una rueda de prensa para defender sus posiciones.

Durante la comparecencia, en la que estuvo presente El Liberal, el embajador ruso en España, Yuri Korchagin, dejó claras las posiciones de su país y el problema que esta subida de tensión implica para la seguridad del país, así como la militarización de su vecindario directo con armamento defensivo que puede en pocas horas ser reconfigurado como armamento ofensivo tras la ampliación de la OTAN hacia el este que viola el la suscripción del Acta Fundacional Rusia-OTAN de 1997.

Este acta establecía una serie de acuerdos que configuraban fuerzas e infraestructuras cuyo fin era buscar un equilibrio de fuerzas que lleva siendo tensado por la OTAN desde hace varios años y que pone en riesgo la seguridad de Rusia. Durante la rueda de prensa, el embajador insistió en que los soldados rusos desplegados en la frontera con Ucrania no estaban en las posiciones que la prensa les atribuía, sino acuartelados en sus cuarteles ordinarios, de los cuales los más cercanos estaban a trescientos kilómetros de la frontera, una distancia como de Calatayud a la frontera francesa. El embajador hizo uso de este símil con la geografía española para subrayar que las informaciones no eran correctas y que las tropas rusas seguían en sus posiciones mientras que, por otro lado, acusaba a Estados Unidos y demás miembros de la OTAN de enviar armamento a Ucrania (refiriéndose a los misiles Javelin de EE.UU. mandados a Kiev) o la presencia de buques de la OTAN en aguas del Mar Negro.

Asimismo, el embajador citó el documento de Estambul de 1999 en el cual se establece el derecho de soberanía de cada Estado y de tejer las alianzas que crea conveniente pero acusa a Ucrania, por sus relaciones con la OTAN y la UE, de poner en peligro el principio consignado en el punto 8: «Todo Estado participante respetará los derechos al respecto de los demás Estados y no fortalecerá su propia seguridad a expensas de la de los otros». Acogiéndose a este punto (firmado por el presidente de Ucrania Leonid Kuchma y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Igor Ivanov, pero también por España, Estados Unidos o Francia, entre otros). Rusia entiende que los principios de este documento así como del Acta Fundacional Rusia-OTAN de 1997 se están violando con estos movimientos geopolíticos que, al mismo tiempo, y de forma paralela gozan de la cobertura mediática para dar una visión de Rusia como Estado agresor cuando simplemente está defendiendo sus intereses basados en pactos, acuerdos y tratados internacionales firmados y ratificados.

Especialmente declaró que Rusia no tenía intención de comenzar ninguna guerra y que las maniobras con Bielorrusia ya habían sido avisadas con antelación para que los demás países del entorno supieran que eran unas maniobras y se tomaran las medidas de seguridad ordinarias en
estos casos.

Rechazo de las sanciones

Sobre todo hizo hincapié en la crítica a las sanciones económicas y las amenazas de algunos países occidentales (especialmente Estados Unidos y Reino Unido) de iniciar sanciones económicas contra Rusia. El embajador se refirió a ellas como fuera de contexto e ilegítimas porque sólo el Consejo de Seguridad de la ONU puede imponer sanciones (y Rusia es un país con derecho de veto) y recalcó especialmente el daño económico que se hace a la industria rusa pero también extranjera que invierte en Rusia. Señaló el daño que sufrió España tras las primeras sanciones contra Rusia en 2014, momento en el que el volumen de comercio pasó de 14.000 millones de euros a 4.500 millones tras las medidas restrictivas. De hecho, en 2021, y a pesar de haber aumentado un 40%, se alcanzó un volumen de 6.600 millones de euros en 2021 (lejos de los 14.000 millones de antes de las medidas restrictivas). Medidas que afectaron tanto a la agricultura como a la ganadería española o a empresas textiles como Zara, que tiene en Rusia un mercado estable.

Kochagin insistió en que Rusia desea solventar esta situación de una manera diplomática cumpliendo y haciendo cumplir los acuerdos firmados, de hecho acusó también a Ucrania de no cumplir con lo firmado en los acuerdos de Minsk de 2015, cuyo objetivo era poner fin al conflicto en Donbás y que desde Moscú acusan a Kiev de no respetar al rearmarse con material americano (unas 80 toneladas de armamento citó el embajador) añadiendo la aparición de soldados e instructores y dejando claro que Rusia no tiene soldados en Ucrania, cosa que Occidente no puede decir.

El embajador también abordó el tema del gas ruso y la posible competencia con Estados Unidos por el mercado europeo. En este sentido el embajador señaló que, cuando hay tantos intereses de Europa en disminuir el precio del gas, le sorprende que el Nord Stream 2 aún no entre en funcionamiento para suministrar más gas a Europa.

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