Perú está inmerso en una profunda crisis política tras la destitución del presidente Martín Vizcarra, acusado de corrupción. Vizcarra fue cesado del cargo mediante moción de censura en el Parlamento en el marco de una investigación que ligaría al exmandatario con una trama de sobornos en contratos de obras públicas que se remonta al año 2013.
Su sustituto al frente del Gobierno es desde este martes el hasta ahora presidente del Parlamento, el conservador Manuel Merino. A raíz del cambio político, se han sucedido manifestaciones en varias ciudades del país, en particular en Lima. En concreto, varios centenares de personas se concentraron en la plaza de Armas de la capital para manifestar su rechazo a la destitución de Vizcarra y acusando al Congreso de haber perpetrado un «golpe de Estado». Durante la protesta, se han producido enfrentamientos con la policía, que ha dispersado a los manifestantes con pelotas de goma y gas lacrimógeno.
El expresidente gozaba de un notable índice de popularidad en el país. En concreto, una encuesta de finales de octubre llevada a cabo por Ipsos, señalaba que el 78% de los peruanos mantenían su confianza en Vizcarra a pesar de las acusaciones que se cernían sobre él. De hecho, Vizcarra se ha convertido en el sexto presidente seguido en ser investigado por corrupción, después de que se filtraran testimonios que apuntaban a que supuestamente este aceptó sobornos por valor de 281.000 dólares durante su etapa de gobernador provincial.
La destitución del hasta ahora presidente llega a poco más de cinco meses para las elecciones, a las que Vizcarra había renunciado a presentarse, y en un clima de profunda crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus.
Mientras el presidente interino, Manuel Merino, ha prometido centrar su gestión en superar la pandemia, así como respetar la fecha de los comicios generales, previstos para el 11 de abril. Sobre el propio Merino también penden acusaciones de corrupción.
