La presidenta regional ya ha dejado claras sus intenciones de dirigir el partido en la capital; de momento, Almeida pospone su decisión
El Partido Popular controla el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, esta última, además, con un liderazgo reafirmado en la clara victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de mayo. Sin embargo, este éxito no es obstáculo —más bien todo lo contrario— para que haya aparecido una sombra de división entre los populares madrileños.
Tanto Ayuso como el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, se sienten fuertes en sus respectivas plazas, lo que inevitablemente les coloca en la carrera por el liderazgo del partido en la región.
El PP de Madrid celebrará en el primer semestre de 2022 su congreso regional para elegir su nueva dirección, que desde 2018 ocupa provisionalmente Pío García-Escudero tras la dimisión de la expresidenta regional Cristina Cifuentes por el caso Máster.
En este contexto, la presidenta Ayuso ya ha presentado de manera informal pero clara su intención de ser candidata al puesto. Reveló sus intenciones al respecto el 31 de agosto en un corrillo con periodistas.
La incógnita de Almeida
La pregunta ahora es si Almeida le disputará el liderazgo. El primer edil de Madrid aseguró este martes que «no tiene previsto en estos momentos» aspirar a la presidencia de los populares madrileños y competir con la jefa del Ejecutivo regional, aunque señaló que tomará una decisión definitiva «cuando se acerque el congreso». El portavoz nacional del PP, por tanto, no descarta esta posibilidad.
El papel de convidado de piedra en esta obra lo interpreta Pablo Casado. El líder nacional del partido ha mantenido hasta ahora una actitud salomónica, insistiendo en que su deber es «mantener la neutralidad» porque «son los afiliados los que tienen que decidir» quién dirige el PP madrileño.
Con todo, el número dos de Casado, Teodoro García Egea, afirmó en junio que Ayuso es «un referente de primer orden» en la política y «no solo en Madrid», y fue tan lejos como para asegurar que, si él fuera afiliado, «lógicamente» brindaría su «total apoyo» a la presidenta del Gobierno autonómico.
