viernes, abril 26, 2024
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Amy Coney Barrett sella la mayoría conservadora en el Tribunal Supremo de Estados Unidos

La magistrada nacida en Nueva Orleans se convirtió ayer en la nueva juez asociada del Tribunal Supremo, que queda con seis conservadores y tres progresistas

La jueza Amy Coney Barrett se convirtió en la noche de este lunes, hora española, en el noveno miembro del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Barrett juró el cargo en la Casa Blanca en presencia del presidente, Donald Trump, y del juez asociado de la Alta Corte Clarence Thomas. Su confirmación llegó después de que el Senado aprobara su nominación con 52 votos a favor y 48 en contra.

Los republicanos logran así una mayoría en el Supremo de seis jueces conservadores por tres progresistas. El propio Trump ha nombrado nada menos que a tres magistrados en sus cuatro años de mandato; en comparación, Barack Obama solo pudo nombrar a dos jueces en ocho años en la Casa Blanca. Esta mayoría conservadora podría permanecer durante muchos años, algo que preocupa entre las filas demócratas, que temen que ahora los republicanos inicien ofensivas legales en asuntos como el aborto, el matrimonio homosexual o el Obamacare.

La oposición ha tratado de desacreditar en todo momento el proceso de elección de Barrett por considerar que la muerte de la juez Ruth Bader Gingsburg, a quien Barrett ha sustituido, se produjo en una fecha demasiado cercana a las elecciones y que, por tanto, el pueblo americano debía emitir su voto con la cuestión del Tribunal Supremo en mente, dejando al vencedor de los comicios como responsable de nombrar un reemplazo. Cabe mencionar, no obstante, que la Constitución de Estados Unidos no establece ninguna clase de plazo de espera a la hora de nombrar a un nuevo juez; mientras el candidato, en este caso candidata, pase el escrutinio y la votación por parte del Senado, un presidente puede nombrar un magistrado en cualquier momento de su presidencia.

La ya juez suprema Amy Coney Barrett estudió Derecho en la Universidad de Notre Dame, donde se graduó como primera de su clase. Posteriormente, trabajó como ‘clerk’ o asistente del juez Laurence Silberman, de la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia, entre 1997 y 1998, y del mítico magistrado de la Corte Suprema Antonin Scalia, su gran mentor, para quien trabajó entre 1998 y 1999. Desde 2017, Barrett ejercía como juez en la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito de los Estados Unidos hasta que fue nominada por el presidente Trump para el Tribunal Supremo.

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