jueves, marzo 28, 2024
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Yemen: un país hambriento

Dos tercios de la población de Yemen no saben cómo conseguirán su próxima comida

El prolongado y devastador conflicto que comenzó en Yemen en marzo de 2015 sigue arruinando las vidas de la mayoría de la población. Su economía se ha reducido a la mitad y más del 80% de la población vive por debajo el umbral de la pobreza. La caída de los ingresos y el aumento de los precios han dejado muchos productos alimenticios básicos fuera del alcance de la mayor parte de los yemeníes. El elevado desempleo y el impago de salarios han destrozado la economía de los hogares y obligado a muchas familias a endeudarse. Millones de personas se han quedado sin sustento y sufren déficit alimentario y malnutrición.

Al ser un país con déficit alimentario, Yemen siempre ha dependido enormemente de las importaciones, que se han visto socavadas conscientemente por las distintas partes del conflicto. Esto ha afectado gravemente el suministro de alimentos y otros productos básicos. El hambre está muy presente en todo el país, incluso a cientos de kilómetros del frente de batalla.

Las familias no tienen otra opción que recurrir a medidas desesperadas para evitar el hambre. Muchas reducen la cantidad de alimentos que comen o incluso se saltan comidas. Otras, además, se ven obligadas a acumular deudas, a enviar a miembros de la familia a pedir limosna o a vender sus bienes para comprar alimentos.

Familia yemení en situación de pobreza

Las mujeres son las más perjudicadas

Las mujeres sufren estos drásticos niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición de manera desproporcionada. Son las últimas en comer y las que menos cantidad ingieren, ya que priorizan la alimentación de los miembros más jóvenes y ancianos de la familia. Tienen cada vez más problemas para acceder a hospitales y a asistencia médica, están expuestas a mayores riesgos y sufren elevados niveles de todo tipo de violencia.

El matrimonio precoz, un problema ya de por sí alarmante en Yemen, ha aumentado de nuevo desde la intensificación del conflicto. Niñas de tan solo 8 o 10 años son obligadas a casarse para reducir el número de bocas que alimentar, pero también para recibir ingresos gracias a la dote y así alimentar al resto de la familia y saldar deudas.

Mujer cocinando en Yemen

La imagen más dura del hambre en Yemen

Amal Hussain, la niña de 7 años que mostró con su cuerpo y su mirada la impiedad humana expuesta como consecuencia de la guerra y la hambruna que afecta al país. Su imagen dio la vuelta al mundo. Estaba en un campo de refugiados junto a su familia. Finalmente falleció.

Amal Hussain, con 7 años

Fatima Qoba, es una de las imágenes simbólicas del hambre en Yemen. Fue encontrada con 12 años viviendo debajo de un árbol y sufriendo una dura inanición (extrema debilidad física provocada por la falta de alimento) cuando trataba de huir de la guerra de Yemen. La adolescente tan solo pesaba 10 kilos cuando fue rescatada y trasladada a una clínica de desnutrición en Aslam.

Fatima Qoba, con 12 años

Saida Ahmad Baghili, que cuando tenía 18 años desde la cama de un hospital de Yemen logró que el mundo le volviera a poner atención -aunque sólo sea por un momento- a la crisis humanitaria que afecta a este país árabe.

Saida Ahmad Baghili, con 18 años

Guerra, crisis económica y hambre. La crisis alimentaria de Yemen es resultado directo de la guerra que sufre el país. Allí no se permite ingresar nada, excepto el hambre, la muerte, la destrucción, y también la sed.

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