jueves, abril 25, 2024
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¿Y si mandamos a los socialistas a Venezuela?, por Vanessa Vallejo

Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo del mundo. Sin embargo, hoy los venezolanos hacen filas durante horas para conseguir gasolina. Hoy, Venezuela produce casi 90 % menos petróleo que hace dos décadas, cuando llegó el chavismo al poder. ¿Cómo es eso posible? «Si pones al gobierno federal a cargo del desierto del Sahara, en 5 años habrá una escasez de arena», decía Milton Friedman. 

En 1950 Venezuela era el cuarto país más rico del mundo y el más próspero de toda Latinoamérica. Era considerado el «sueño americano del sur». Para esa época era dos veces más rico que Chile, cuatro veces más rico que Japón y 12 veces más rico que China. 

Luego, en 1959, el PIB per cápita de Venezuela era un 10% más elevado que el de Estados Unidos. Para cuando Chávez llegó al poder, en 1999, el PIB per cápita era un 27% más alto que el promedio de América Latina.

Hoy, tras décadas de socialismo, Venezuela es el país más pobre de Latinoamérica. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2019-2020 (ENCOVI),el 96% de los venezolanos están en pobreza, mientras que 79,3% de la población no tiene cómo cubrir la canasta de alimentos. El salario mínimo en Venezuela es de menos de un dólar.

El país que llegó a tener un PIB per cápita más alto que el de Estados Unidos, hoy es casi tan pobre como Nigeria y supera en pobreza a países como Chad y el Congo

Recuerdo la historia de una amiga que tras años de vivir fuera de Venezuela decidió ir a visitar a su mamá enferma, me dijo: lo primero que pensé cuando caminé por las calles fue por qué la gente parecía vestida con ropa de otras personas, como si no fuera su talla, como si estuvieran disfrazados. 

¡En Venezuela el 64% de la población ha bajado, en promedio, 11 kilogramos! En estos días de cuarentena, en las redes sociales los venezolanos cuentan historias de cómo la sangre de vaca se ha convertido en el  «plato» de aquellos que no pueden pagar alguna otra fuente de proteína como un kilo de carne, que cuesta más de dos salarios mínimos. 

La desgracia que viven estos países es insufrible, por eso millones de venezolanos prefieren caminar durante meses con tal de huir de tremenda miseria

¿Cómo no va a dar rabia escuchar a aquellos que lo tienen todo en sus países capitalistas hablar de lo «bueno y justo» que es el socialismo?

Visitar un país socialista es como entrar en una máquina del tiempo. En Venezuela hay gente cocinando con leña porque no tienen gas doméstico. Es difícil movilizarse porque no hay gasolina. Los apagones de luz son continuos y en muchas zonas ocurren a diario. Millones de venezolanos tienen agua solo una o dos veces a la semana. Según la firma venezolana Consultores 21, cerca del 90% de los venezolanos declara “sufrir problemas” con la electricidad y el agua potable. Y, para completar, el peor internet del mundo es el de Venezuela.

Uno de mis amigos en Venezuela vive en una zona de clase alta de Caracas, tiene tres servicios de internet -por si se cae uno o dos de los servicios-, y aún así a veces se queda desconectado. Tiene agua solo dos horas al día; en ese tiempo debe lavar los platos, la ropa, limpiar, intentar aprovechar al máximo el escaso líquido. Así vive él, que trabaja para una gran empresa en otro país y que gana en dólares, pero la mayoría de los venezolanos no tienen los «privilegios» de mi amigo

Venezuela y Cuba deberían convertirse en una «experiencia» imperdible para esos que mientras disfrutan las mieles del capitalismo aplauden el socialismo. A esos jovencitos que desde sus teléfonos y sus computadoras último modelo leen historias «románticas» del Che y publican en favor de los líderes izquierdistas, habría que regalarles un tiquete a Venezuela para que vean cómo vive el «pueblo» en el sistema que ellos aclaman

¿Cuánto soportaría un votante de Podemos atrapado en Cuba? Una isla donde no se puede hacer una tortilla española porque el socialismo acabó con las papas; donde conseguir internet es muy difícil y costoso; donde para movilizarse hay que andar en autos de los años 60 y, a no ser que se tengan altos contactos, se vive en una casa casi hecha ruinas, como la mayoría de las cosas en la isla.

Defender el socialismo es consecuencia de la ignorancia o de la maldad; a los malvados es muy difícil cambiarlos, tendremos que pelear para que no tomen el poder, pero a los ignorantes, a los que no saben de historia y mucho menos de actualidad, habría que mandarlos a Cuba o a Venezuela, a que «disfruten» de la porquería que nos quieren imponer en nuestros países. 

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