Raúl Semmler, perteneciente a la organización ecologista alemana ‘Letze Generation’, pegó su mano al asfalto para protestar contra el uso de los combustibles fósiles
Durante estos últimos meses hemos podido ver cómo algunos activistas han tirado botes de tomate y sopa en pinturas tan importantes como fue el caso de ‘Los Girasoles’ de Van Gogh, o cómo algunos de ellos han pegado sus manos en los propios cuadros o en la pared de varios museos. Pues bien, la última noticia sobre activismo viene de la mano, y nunca mejor dicho, de Raúl Semmler.
Este joven activista de la organización ecologista alemana ‘Letze Generation’, había cortado el tráfico de la ciudad de Minz para protestar contra el uso de los combustibles fósiles, además de criticar la falta de medidas por partes del Gobierno de Scholz.
Semmler, para mostrar su indignación, adhirió su mano con un pegamento muy potente al asfalto, el problema vino cuando vio que no podía despegar la mano, y la policía y los servicios de emergencia tuvieron que desplazarse al lugar de los hechos para ayudarle.
Para ello, tuvieron que usar un martillo perforador para poder cortar el asfalto, hasta que finalmente, después de una hora y media, este activista quedó libre, aunque fue detenido posteriormente por daños a la propiedad e infracciones a la Ley de Reunión.
