El esloveno anotó 53 puntos nada más volver de una lesión, con cruce de palabras incluido con uno de los entrenadores asistentes de los Pistons
Luka Doncic suma y sigue a la hora de continuar incrementando su estatus en la NBA. El jugador esloveno es una de las grandes estrellas de la mejor liga de baloncesto del mundo por actuaciones como la última que ha firmado: 53 puntos ante los Detroit Pistons, nada más volver a ser de la partida tras torcerse el tobillo hace unos días.
En su primer partido tras la lesión, el santo y seña de los Dallas Mavericks alcanzó la barrera de los 50 puntos por cuarta vez esta temporada. Suyo es tanto el primer (60) como el segundo mejor registro anotador histórico (igualado por el alemán Dirk Nowitzki) en un partido de su equipo, con pique incluido en esta ocasión.
Cuando apenas restaban unos segundos para la conclusión del encuentro, pudo verse cómo uno de los entrenadores asistentes de los Pistons intercambiaba unas palabras con Doncic en tono poco amistoso. La cosa venía de lejos, como reconoció después el crack de los Mavs: «Me han estado picando desde el primer cuarto, así que les he contestado […] No quiero decir las cosas que me estaban diciendo, pero no tengo ningún problema con eso».
Desde luego que no, ya que Doncic anotó 17 de los 24 tiros de campo que intentó (5/11 en triples y 24 de los 30 puntos de Dallas en el primer cuarto) y 14 de los 18 que lanzó desde la línea de tiros libres. Unos números a los que hay que añadir 8 rebotes y 5 asistencias. «¿Perdona? ¿Tú quién eres? ¿Quién eres tú?», le dijo con sorna poco antes del bocinazo final a Jerome Allen, el técnico de los Pistons que le increpaba.
«Su entrenador asistente empezó a ‘piar’ en el primer cuarto. Luego no les gusta cuando yo les hablo y dicen ‘Juega al baloncesto’. Pero si ellos me hablan, yo les respondo. No me asusto«, expuso también Doncic al término del partido. Fue entonces cuando afirmó que su tobillo «está bien», aunque él mismo se considera «lejos» de su 100%. Quién lo diría tras una nueva exhibición, con la que el balcánico avisa: «Volveré a ese nivel».
