jueves, abril 25, 2024
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Stop al crecimiento

El conocimiento del aumento del PIB habido en el tercer trimestre del año -0,2%- ha permitido constatar lo que todos los institutos de estudio y análisis predecían: La economía española se ha estancado. Es significativo observar que en términos interanuales la tasa de crecimiento ha descendido al 3,8%, porcentaje claramente inferior al 4,5% anunciado por el Gobierno tras rectificar su previsión inicial que era el 7%. En definitiva, una vez más, las previsiones económicas de Nadia Calviño resultan arrasadas por la realidad.

Además, las expectativas no son precisamente halagüeñas pues la nueva subida del tipo de interés acordada por el Banco Central Europeo frenará la actividad económica. Y en clave nacional, la abrasiva política fiscal aprobada por el Gobierno entorpecerá el quehacer de nuestras empresas. Con todo lo expuesto, cada vez aparece como más plausible que, de nuevo, en 2.023 volverá a incumplirse la previsión gubernamental sobre el aumento del PIB, creciendo éste muy por debajo del 2,1% anunciado por el Gobierno. Así lo están pronosticando todos: el Banco de España, la Airef, el Fondo Monetario Internacional, Fedeca, el BBVA …, todos menos Nadia Calviño y Pedro Sánchez.

Como es lógico, este nuevo incumplimiento no saldrá gratis. Fallando el pronóstico sobre el PIB, fallará también todo lo que el Gobierno ha previsto en términos de empleo, de déficit público, de deuda pública … En definitiva, todo irá peor de lo que nos ha dicho Sánchez y, otra vez, los españoles tendremos motivos para sentirnos decepcionados con nuestro Gobierno. Es así, pues lo que sucederá en 2.023 no será achacable a circunstancias sobrevenidas imprevisibles, como pudo suceder en 2.020 -por la pandemia- o en 2.022 -por la guerra de Putin-. No, por el contrario, lo que sucederá en 2.023 lo están anunciando todos los institutos y entidades de previsión económica, todos menos el Gobierno, que sigue instalado en el país de las maravillas.

Existe una coincidencia casi general entre los analistas políticos a la hora de achacar esta conducta del Gobierno a la condición de electoral tiene el año 2.023. De ser así, y así parece que es, la irresponsabilidad de Sánchez es ilimitada: Dañar de tal modo a la economía española por intereses electorales propios es una auténtica canallada. Lo penoso del caso es que actuar así le pueda salir gratis a un gobernante. Pero así es salvo que los electores españoles perciban a tiempo la jugada y eviten la repetición del mandato electoral a quien actúa como un canalla. Y no es malo acudir a la Historia reciente para aprender de ella. En la campaña electoral de 2.008, todos pronosticaban que la crisis económica iniciada poco antes tendrá una dimensión estratosférica, todos menos el entonces presidente Zapatero y su escudero Solbes que, Zapatero dixit, llegaron a negar incluso la existencia de la crisis. Los electores le creyeron, el negacionista volvió a ganar las elecciones y España entró en la peor crisis económica de su Historia. Quiera Dios que no tropecemos en la misma piedra y que esta vez neguemos la reelección a quien nos está engañando.

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