viernes, abril 19, 2024
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Ribera viaja a Argelia para analizar el suministro del gas a 4 días de que expire el contrato

El contrato próximo a finalizar tiene que ver con el Gasoducto Magreb-Europa (GME), uno de los dos que surten a España y a Europa

La vicepresidenta tercera española y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, viajó este miércoles a Argelia, cuatro días antes de que expire el contrato para el suministro de gas a través del Gasoducto Magreb-Europa (GME), uno de los dos que surten a España y a Europa.

Según dijeron a Efe fuentes diplomáticas, se trata de una visita oficial ya prevista que tiene como objetivo continuar con la colaboración en todos los sectores energéticos, desde los hidrocarburos a las energías renovables.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajó a Argel el pasado 30 de septiembre y dijo haber obtenido garantías de Argel de que mantendrá inalterado el suministro de gas a España aunque el próximo 31 de octubre deje de utilizar el GME por su conflicto diplomático con Marruecos.

Días después, fue el propio presidente argelino, Abdelmedjid Tebboune, el que confirmó el cierre del grifo del GME aunque sin aclarar que ocurrirá con el contrato, cuyo destino está en el aire desde que en agosto pasado Argelia rompiera sus relaciones con Marruecos.

El gasoducto, construido a finales del pasado siglo gracias a la colaboración entre la española Enagas y la sociedad nacional argelina de hidrocarburos Sonatrach, enviaba cada año más de 8.000 millones de pies cúbicos de gas a España a través de un tubería de 1.400 kilómetros que arranca en el corazón del desierto argelino, penetra en territorio marroquí y se sumerge en el estrecho de Gibraltar.

Tebboune subrayó que el suministro se hará a través del gasoducto de Medgaz, que une directamente el desierto de Argelia y a costa de Almería, en España.

Incertidumbre y precios

Analistas y expertos han expresado sus dudas sobre como Argelia va a compensar las cantidades pactadas solo con Medgaz, que igualmente tiene una capacidad de 9.000 millones de metros cúbicos de gas, una cantidad que se prevé aumentar a solo hasta los 10.500 millones a finales de noviembre gracias a una acuerdo de colaboración entre Sonatrach y su socia española Naturgy.

En este sentido, Argelia ha prometido equilibrar el descenso o los posibles problemas de suministro a través de una flota de buques con gas licuado, según dijeron entonces a Efe fuentes próximas al ministerio de Petróleo.

Las mismas fuentes, que prefirieron no ser identificadas, aseguran que en el fondo de la cuestión esta la inquietud del Gobierno argelino por la fluctuación de los precios de las energías, y en particular del gas, ya que los contratos firmados se hicieron con unos precios de mercado que no se corresponden con los actuales.

En España, existe la misma preocupación, ya que se teme que el fin del suministro a través de GME encarezca los costes de producción industrial y un aumento en el precio de la electricidad.

Disminución de los beneficios y crisis

En este contexto, el primer ministro y ministro de Finanzas, Ayman ben Abderrahmane, admitió el domingo que Argelia espera que se produzca en los próximos meses «una disminución de los ingresos excepcionales, incluidos los beneficios de las empresas estatales Sonatrach y Sonalgaz», debido a la fluctuación del mercado pero también al impacto de algunas políticas geoestratégicas adoptadas.

Y anunció que el Ejecutivo invertirá todos los beneficios del petróleo y el gas en la renovación de esta industria, que es la base de la frágil economía argelina al suponer más del 90 % por ciento de las exportaciones estatales.

El objetivo es salvar una economía de tinte socialista, basada en la autarquía y los subsidios estatales, sin apena tejido industrial y una agricultura obsoleta, fuertemente influida por China, y frenar el malestar social que durante los dos últimos años se ha reflejado en manifestaciones masivas por todo e país.

Fuente: EFE

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