sábado, abril 20, 2024
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Recreando qué es historia

Durante los años 80 tuve la gran suerte de empezar a recorrer Europa. Acabaría pasando mis veranos trabajando fuera de España, aprendiendo otros idiomas, y viendo cómo era vivir en sociedades diferentes a la propia. Las visitas artísticas e históricas eran más que la tópica obligación. Eran una necesidad para quien es un amante de ambas disciplinas. De este modo encontré curiosidades que no estaban en muchos libros habituales, o en los que yo había estudiado. Como cuando me topé con el escudo de los Reyes Católicos, el del águila de San Juan, en la entrada de la catedral primada de Canterbury, en el Reino Unido. O supe que la célebre «Charing Cross» de Londres está dedicada a Leonor de Castilla, una infanta nacida en Burgos y que acabaría como reina en Inglaterra. Y supe que los héroes de la liberación de París tenían un jardín dedicado a ellos, y eran españoles: los Combattans de La Nueve. Y también pude asistir a una serie de eventos que eran mucho más habituales al otro lado de los Pirineos (y del charco, además): las recreaciones históricas.

            Pude hacerme una foto con Bonaparte tras haber paseado por Monte San Juan viniendo de La Haye Sainte, y luego disfrutar de la batalla de Waterloo entre escoceses con kilt y grougnards con altos morriones de pelo de oso. Pude elegir bando entre parlamentarios de Cromwell o realistas de Carlos I de Inglaterra en Gloucester, tomando una cerveza amarga. O seguir los pasos de la Easy Company del II batallón del 506 Regimiento por Francia, tras llenarme las botas de arena de las playas de Normandía. ¿Y en España? En España cada vez más tenemos la oportunidad de poder hacer eso que los anglosajones llaman «Living History». La Historia viva. En vivo. Y en la que te puedes imbuir, con un poco de imaginación y entusiasmo, como un crononauta viajando en el hispano anacronópete.

            Hay recreacionismo de la época en que los nórdicos venían de vikingo a las costas gallegas, como las de Catoira (Pontevedra), con su ya famosa Romaría. O puedes elegir entre las muchas que se hacen ya por toda la original Hispania romana, como las que recuerdan las Guerras Cántabras de la época de Octavio en Los Corrales de Buelna, en Cantabria (¡dónde si no!). Hemos podido ver a los polacos de nuevo cargando en los altos de Somosierra (Madrid), en tiempos de la Guerra contra el Francés de 1808; o nos hemos podido ir a ver algún episodio de la Guerra Civil española, como la Batalla del Ebro, en Fayón (Zaragoza). Viajar a los tiempos de los Austrias, con festivales como el Ducal de Pastrana en Lerma (Burgos);o ver a los Tercios españoles en acción, como se pueden disfrutar en Jaca (Huesca) en su recreación internacional. Cada vez, como vemos, son más y más sitios por toda España, y cada día sobre más periodos históricos, como podemos comprobar, por ejemplo, en la página de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas.

            Pero si de algo me puedo sentir orgulloso últimamente, y permitan que tiren de donde ahora yo pazco, es de un lugar tan sobrado de Historia como es el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial. Un lugar innecesario de ser presentado, y donde se sitúa nada menos que la considerada nada más terminar, que la VIII Maravilla del Mundo: su palacio monasterio, obra de Felipe II, y lugar de reposo eterno de la Monarquía española. Un sitio que ya sólo de por sí hace innecesario el pensar en otro motivo para acercarse a las faldas del Guadarrama, y tras embeberse de Arte e Historia, hacer lo propio en la gastronomía local. Pero no quiere quedarse sólo en esto, y cada vez quiere más convertirse en la capital cultural de una provincia como la de Madrid, tan lleno de ellas como lo son Alcalá de Henares, Chinchón, o Aranjuez. Y por ello, entre otras actividades más (teatro, música, romerías…), ha apostado por la Historia.

            En San Lorenzo de El Escorial se ha podido ya disfrutar de su pasado romano en el Día de la Romanidad, pues no muy lejos cruza una de las calzadas romanas que desembocaban en la Via Antonina, teniendo además el interesante yacimiento romano de Monesterio como restos de una de las posibles ciudades romanas perdidas, al nivel de la Segóbriga de Cuenca. También se pudo disfrutar de un Homenaje a los Tercios, al lado de las tumbas de a quienes tan bien sirvieron, como don Juan de Austria, o Felipe IV, el Rey Planeta. Pero no contentos con estos eventos, se han lanzado también a la recreación de un episodio que nos lleva a los tiempos de Napoleón, y llevar a cabo por primera vez lo que fue el episodio de la toma y la posterior liberación, del Escorial. Donde tanto los vecinos de la que será luego reconocida por su acción, Leal Villa, como los vecinos del Real Sitio, lucharon y murieron defendiendo e intentado frenar el saqueo francés del Monasterio. De sus obras de arte, libros, e incluso queriendo evitar profanaciones, como la que sufrió el cadáver de Carlos I. El más grande hombre en vida, y ultrajado cobardemente siglos más tarde de su muerte, por quienes nos decían traer las luces del progreso y de la Ilustración.

            Gracias a los Voluntarios de Madrid, una asociación histórica que cada vez más se hace hueco en este mundo de la recreación, el primer fin de semana de julio podremos de nuevo vivir en directo un episodio de la rica Historia de España. Donde hay momentos trágicos. Pero también muchos de los que aprender, y de los que sentirse orgullosos en el recuerdo de quienes nos precedieron en este solar milenario que hoy llamamos, España. ¿Te apuntas a vivir la Historia?

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