La medida económica se ha popularizado desde que el Banco de España anunció su preferencia a invertir los fondos europeos en ella
Todo el mundo habla estos días de la mochila austriaca, pero no todos pueden explicar en qué consiste exactamente esta acción. Una pista, afecta principalmente a trabajadores y empresas.
Este mecanismo se utiliza como receta para evitar la temporalidad dentro del mercado laboral, y permite a los empleados acumular una cierta cantidad de dinero (la mochila) que podrán utilizar en el momento en que sean despedidos o cuando se jubilen.
Se llama mochila austriaca coloquialmente a la cuenta del trabajador en la que la empresa en cuestión debe abonar periódicamente una parte del despido de manera anticipada, de forma que el empleado puede disponer de esta cantidad y trasladarla a un nuevo trabajo o contar con ella en caso de que sea despedido o en el momento de su jubilación.
La propuesta que hace ahora el Banco de España pasa por que el Estado financie con 8.600 millones (provenientes de los fondos europeos) el periodo de transición para implantar esta medida y además, propone reducir los costes del despido a la mitad desde el momento en que se implante la medida.
De esta manera los costes del despido quedarían de la siguiente manera: seis días el despido temporal, diez el económico y 16,5 el improcedente. El coste total es el mismo, pero los gastos estarían distribuidos de tal manera que salen ganando los contratos temporales, ya que los ajustes que realicen las empresas no serán en función del coste del despido.
El apodo de «mochila austriaca» se da porque desde enero de 2003 esta medida viene operando en Austria, donde ya no existe indemnización por despido, y ha sido sustituida por este sistema.
Aún es pronto para instalar este sistema en España, donde actualmente el coste de un despido es de 20 días. Los expertos señalan que aquí sería necesario comenzar por un modelo mixto en el que una parte del despido fuera financiada directamente por esta vía y la otra tal y como se viene haciendo hasta ahora.
Quizás los fondos europeos sean la oportunidad perfecta para instalar esta medida que ya ha demostrado funcionar en otros países.
