El encierro se extenderá durante al menos un mes y se mantendrán abiertas las escuelas y los servicios básicos, aunque la obligación, si es posible, será teletrabajar
Portugal volverá a estar confinado a partir de mañana viernes ante el aumento exponencial de positivos y fallecimientos por COVID-19 desde finales de diciembre, con un registro de 116.328 casos activos que arrojan mucha presión a los hospitales, donde hay 4.240 ingresados, 596 en cuidados intensivos.
El confinamiento se extenderá durante, al menos, un mes, según el Gobierno portugués, que ha decidido mantener abiertas las escuelas y los servicios básicos, aunque la obligación, siempre que sea posible, será la del teletrabajo.
El país, con 10 millones de habitantes, acumula 8.236 muertos y seis días consecutivos por encima del centenar diario de decesos. En las últimas horas, Portugal superó el medio millón de positivos de coronavirus hasta los 507.108 casos.
Dada la presión que sufre el sistema hospitalario, la ministra de Sanidad, Marta Temido, ha emitido un despacho para suspender la actividad no urgente y se aplacen todas las cirugías de prioridad normal o prioritaria, si no suponen riesgo para el enfermo, incluidas las oncológicas.
Además, algunos pacientes ingresados han tenido que ser derivados a otros centros hospitalarios del país, dada la saturación de los ingresos.
Mientras tanto, el Gobierno espera que los profesionales sanitarios y los ancianos de las residencias y sus trabajadores estén «totalmente inmunizados» con la vacuna en el próximo mes de marzo.
