viernes, marzo 29, 2024
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Portugal recupera el toque de queda en sus principales ciudades desde este viernes

Los habitantes de Lisboa, Oporto, Braga o Faro tendrán prohibido circular por la calle entre las 23:00 y las 05:00 horas para frenar el avance de la variante delta

Los habitantes de las principales ciudades de Portugal, como Lisboa, Oporto, Braga o Faro, tendrán prohibido circular por la calle a partir de este viernes entre las 23 y las 05 horas (ya del sábado), un toque de queda aplicado por el Gobierno para frenar el avance de un virus dominado por la variante delta de la covid.

En total, la restricción afecta a 45 de las 278 comarcas del país, es decir, a 4 de los algo más de 10 millones de habitantes portugueses.

La medida abarca a todo el Área Metropolitana de Lisboa, la región lusa con mayor incidencia de covid en esta cuarta ola.

No habrá exenciones: todas las personas, incluso las vacunadas o con certificado covid, tendrán el deber de permanecer en casa confinadas en esa franja de seis horas.

El objetivo, insisten en el Ejecutivo luso, es evitar masificaciones y reuniones con muchas personas, especialmente por la noche.

De momento, los archipiélagos portugueses de Madeira y Azores se libran de estas restricciones.

Además, sigue vigente la medida adoptada hace tres semanas por el Gobierno con la que se prohíbe la entrada y salida de personas en el Área Metropolitana de Lisboa, de 15,30 horas (GMT) del viernes a las 05 horas del lunes.

En este caso, sí hay algunas excepciones, entre ellas las personas que justifiquen alguna causa de fuerza mayor o las que estén vacunadas o tengan el certificado digital.

INCIDENCIA DISPARADA EN ALGARVE Y LISBOA

En la jornada de este viernes, la Dirección General de Salud (DGS) de Portugal notificó 2.436 nuevos contagios de covid en todo el país, de los que el 56% fueron registrados en la región de Lisboa y el 22,7% en la zona norte portuguesa.

El número de ingresados creció en las últimas 24 horas en 23 personas, hasta los 532 hospitalizados, de los que 118 (5 más que ayer) permanecen en cuidados intensivos.

La incidencia a 14 días ha subido hasta los 189,4 casos por cada 100.000 habitantes y el índice Rt., que mide a las personas que contagia cada infectado, también sube hasta 1,16.

La mayor incidencia del país se registra en Lisboa y el Algarve, con el concejo de Lisboa en 595 casos, según los datos actualizados hoy por la DGS.

Las principales ciudades del Algarve, una de las zonas más turísticas del país, también han disparado su incidencia, especialmente Albufeira, que tiene la mayor incidencia de Portugal con 823 casos por cada 100.000 habitantes.

Lagoa (739), Loulé (652), Lagos y Faro (423), todas del Algarve, también se encuentran en riesgo muy elevado por la alta incidencia.

PORTUGAL, RESIGNADO Y FATIGADO

Los portugueses encaran este retroceso con resignación y confían en que las restricciones sean eficaces para contener la expansión del virus, aunque reconocen que están fatigados después de tanto tiempo de prohibiciones.

Raquel Clemente, estudiante lisboeta de 22 años, explica a Efe que «ve bien» las medidas restrictivas que entran hoy en vigor ante el aumento de casos, aunque insiste: «Estamos todos hartos de esto y queremos salir».

Los negocios tienen que cerrar a las 15,30 horas en las zonas más afectadas del país, entre ellas el Área Metropolitana de Lisboa, que durante los fines de semana estará blindada, algo que para Clemente «no tiene mucho sentido», porque los demás días sí se podrá.

Ana Paula es la encargada del restaurante «Al Dante» en la Plaza del Comercio de Lisboa y piensa que estas restricciones afectarán «mucho al turismo».

Ve bien el toque de queda impuesto a partir de hoy, aunque reconoce que «todo es muy complicado» y que «las personas ya están muy fatigadas de esta situación».

Andressa, dependienta de una tienda de artículos de deporte en Lisboa, también ve la situación de covid en Lisboa «muy complicada», pero entiende que el toque de queda «es necesario».

Otros, como Carlos Vaz, gerente de un estanco en Lisboa, explica a Efe que las restricciones afectarán «a todas las actividades económicas» y que su negocio arrastra unas pérdidas superiores del 70%.

Carlos García y Andrea Caballero de Mingo (EFE)

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