jueves, marzo 28, 2024
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Por primera vez en diez años, Marruecos tiene un gobierno liberal tripartito sin islamistas

Este nuevo Ejecutivo está formado por la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), vencedora de las elecciones, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y el Istiqlal (PI)

Marruecos tiene desde este jueves un nuevo gobierno de corte liberal dirigido, por primera vez en diez años, por un partido no islamista después de la debacle que sufrió en las elecciones del pasado 8 de septiembre el PJD, nacido al calor de las primaveras árabes y que ha pasado a la oposición.

Aziz Ajanuch será el encargado de liderar este nuevo Ejecutivo, nombrado este jueves por el rey Mohamed VI y formado por tres partidos: la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), vencedora de las elecciones, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y el Istiqlal (PI).

Las dos primeras son formaciones liberales -el RNI más centrista y el PAM con un cariz algo más progresista-, mientras que el PI es un partido histórico marroquí de corte conservadora nacionalista. Las tres suman 269 diputados de los 395 del Parlamento marroquí y conforman la coalición con menos partidos desde que en 1999 Mohamed VI heredó el trono.

De cuatro a siete ministras

Ajanuch, el segundo hombre más rico de Marruecos después del rey, liderará un gabinete compuesto por 24 carteras, de las que 7 tendrán mujeres al mando.

Dos de ellas son las recientemente nombradas alcaldesas de Casablanca y Marrakech, la médica Nabila Rmili (Sanidad) y Fatima Zahra Mansouri (Vivienda), respectivamente. Una tercera, Leila Benali, estará al frente de un ministerio de nueva creación, el de la Transición Energética y Desarrollo Sostenible, y Economía lo dirigirá Nadia Fettaf Alaui, hasta ahora ministra de Turismo.

Un número que supone un avance frente a las cuatro ministras del Gobierno saliente pero que frustra las expectativas de un Ejecutivo paritario, alimentadas por la reciente elección, por primera vez en la historia del país, de tres mujeres alcaldesas en sus tres principales ciudades: Rabat, Casablanca y Marrakech.

Ahora se abre la incógnita de si las alcaldesas de Casablanca y Marrakech dejarán esos cargos para dedicarse a sus ministerios, cuando la ley marroquí permite ostentar ambas responsabilidades.

Aunque nunca lo ha liderado, el RNI de Ajanuch tiene una amplia experiencia en el gobierno ya que ha participado en todas las coaliciones formadas desde 1998, compuestas por partidos de izquierdas, derechas e islámicos. Solo ha estado fuera del Ejecutivo durante dos años, de 2012 a 2013.

En el Ejecutivo saliente tenía cuatro carteras, una de ellas, la de Agricultura, a cargo del nuevo presidente, que ostentaba ese ministerio desde 2007, gracias a que en el lapso de dos años sin el RNI en el Gobierno, dejó el partido para seguir como ministro.

Burita repite en Exteriores

Ajanuch fue el encargado de negociar los acuerdos agrarios y de pesca recientemente anulados por la UE por la cuestión del Sahara Occidental, un asunto que queda ahora en manos de Mohamed Sadiki, su número dos y relevo al frente del ministerio.

En el Gobierno de Ajanuch, el RNI se queda con 7 carteras, el PAM con otras 7 y el Istiqlal con 4, además de un ministro delegado de Finanzas que es el único independiente, Fauzi Lakja, presidente de la Federación Marroquí de Fútbol.

Pocos de los responsables de carteras del Gobierno saliente vuelven a hacerse cargo de algún departamento ministerial.

El resto de ministerios, considerados de soberanía y cuyos responsables son decididos por tradición directamente por el rey, no sufren modificaciones.

De esta manera, Naser Burita repite al frente de Exteriores, Abdeluafi Laftit en Interior, Abdeltif Ludyi en Defensa y Ahmed Taufiq en Asuntos Islámicos.

Burita continuará así manejando la diplomacia marroquí, después de haber gestionado la crisis con España y el acercamiento de Marruecos a Israel a cambio del reconocimiento por parte del expresidente de EE.UU. Donald Trump de la soberanía marroquí del Sahara Occidental.

¿Avance en derechos?

La ausencia en el Gobierno de islamistas, que además están especialmente debilitados con fracturas internas y solo 13 diputados en el Parlamento (tenían 125), abre una ventana de esperanza para los defensores de los derechos civiles.

Confían en reformas legales impedidas por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) en los últimos años, aunque estos avances no se recogen en los programas políticos del tripartito.

El hecho de que el nuevo ministro de Justicia sea Abdelalif Ouahbi, miembro del PAM, la formación más progresista de las tres, también da lugar al optimismo en este sentido.

Y es que las reivindicaciones se centran en reformar el Código Penal, que castiga comportamientos considerados ilícitos por la religión, como el adulterio, el aborto, la homosexualidad o la no observancia del ayuno en Ramadán, y el Código de Familia, que permite con condiciones la poligamia o el matrimonio de menores, y otorga solo un tercio de la herencia a las mujeres.

«Esperamos que se abra de nuevo el debate para que los partidos y las ONG expongan sus peticiones y que este Gobierno adopte estos derechos», comentó a Efe Boubkeur Largou, el presidente de la Organización marroquí de Derechos Humanos.

Esa es la «esperanza» de Largou, que también menciona la necesidad de «consolidar el derecho a la información» en Marruecos, donde varios periodistas han sido condenados a prisión en los últimos meses. «Hay mucho que hacer, pero el Estado de Derecho no se hace en una noche», opina.

El primer acto al que acudirá el nuevo Gobierno marroquí será la apertura el viernes del Parlamento en Rabat, que oficiará Mohamed VI con un discurso por videoconferencia en el que marcará las líneas de trabajo del año legislativo y del Ejecutivo de Ajanuch.

Fuente: EFE

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