Desde la organización advierten que la hegemonía cultural de la izquierda supone «un riesgo para las libertades» ya que «impiden la crítica y el debate de ideas»
Una asociación que pretende luchar contra la hegemonía cultural de la izquierda con los principios liberales como bandera. Así se define la nueva plataforma liderada por el que fuera portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, y el empresario y exdirectivo de Coca-Cola, Marcos de Quinto en su nuevo proyecto bautizado como ‘Pie en pared’.
De Esperanza Aguirre a Daniel Lacalle, la plataforma presentada este lunes en Madrid cuenta con una junta directiva con numerosas personalidades que pretenden poner ‘pie en pared’ contra el Gobierno de Sánchez.
El evento, repleto de caras conocidas, logró aunar en la primera fila a algunos principales líderes políticos -con la ausencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que decidió no acudir-. Por un lado, el presidente de Vox, Santiago Abascal, hizo acto de presencia junto a su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, y el eurodiputado Hermann Tertsch. Por el otro, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, acompañada de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el diputado Miguel Gutiérrez. Otras de las presencias más comentadas fueron la de la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo y el expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera.
Pese a la presencia del citado grupo de políticos, desde la organización insisten en que no está vinculada a ningún partido “ni quiere estarlo”, aunque en ella colaborarán personas de un “amplio espectro ideológico”.
Durante el encuentro, los ponentes criticaron cómo la izquierda se ha apoderado de ciertas facciones de la sociedad civil, como la educación: «Tenemos que defender la libertad de elegir qué tipo de educación queremos para nuestros hijos», aseguró Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid y exministra de Educación.
Desde ‘Pie en pared’ advierten de que la hegemonía cultural de la izquierda supone «un riesgo para las libertades porque impone a la sociedad un catecismo en que lo emotivo prevalece sobre lo racional». Asimismo, insisten en que «se cancela a los discrepantes, impidiendo la crítica y el debate de ideas y se van liquidando o desvirtuando las instituciones que propician la convivencia».
Así, el proyecto se postula como la principal herramienta para luchar contra el propósito de la izquierda de «acabar con la libertad» y poder debatir sobre aspectos como el «feminismo radical» o la «ideología climática».
