miércoles, abril 24, 2024
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Macron y Le Pen despiden la campaña ante el definitivo asalto al Elíseo

Le Pen se presenta como la candidata frente al «poder oligárquico», mientras que Macron advierte de que las políticas de su rival llevan a «la guerra civil»

La candidata nacionalista a la presidencia francesa, Marine Le Pen, se esforzó este jueves por presentarse como la representante de las preocupaciones de las clases populares en su último mitin de campaña de las elecciones galas frente al poder «oligárquico» que a su juicio representa el actual presidente, el centrista Emmanuel Macron.

El mandato del jefe del Elíseo «ha sido una secuencia confusa, caótica, de la que solo queda la impresión de tensión y de violencia y en el contador 600.000 millones de euros de deudas adicionales y 400.000 franceses más que viven bajo el nivel de pobreza», destacó ante 4.000 fieles enfervorizados en Arras, ciudad de la región Hauts de France, fronteriza con Bélgica y uno de sus principales viveros de electores.

Para la candidata de Agrupación Nacional, el presidente saliente es el máximo representante de «los globalistas» que quieren instalar una «jungla» de competencia económica muy alejada de sus propuestas «humanistas».

«Pueblo de Francia, -dijo en un encadenamiento de anáforas- ha llegado la hora de levantarte y de unirte contra la oligarquía que tiene como únicas religiones la globalización, la guerra incesante de todos contra todos, los sacrificios sociales y el reino exclusivo de la mano invisible de los mercados sin rostro, sin alma y sin fronteras».

Frente a eso, ella quiere ser «la presidenta del poder adquisitivo» con las medidas que viene defendiendo durante su campaña, como la rebaja del IVA de los carburantes y de un centenar de productos básicos para compensar la escalada de la inflación agudizada con la guerra en Ucrania.

Macron se pone los guantes

Por su parte, el candidato a la reelección tuvo un acto más tranquilo, como los que viene haciendo en esta campaña electoral, una visita a una zona deprimida del norte de París, que votó a la izquierda de forma mayoritaria en la primera vuelta, donde mantuvo diálogos con ciudadanos por la calle.

El presidente animó a acudir a las urnas y advirtió de que la victoria no está asegurada, pese a la ventaja que tiene en los sondeos, que ronda los doce puntos. Sigue siendo una renta menor que la que logró hace cinco años, cuando se impuso con una diferencia de 33 puntos y dobló en votos a su rival.

Como ya hizo en el cara a cara contra Le Pen de este miércoles, reiteró los riesgos que entraña el programa de su oponente, en particular su decisión de prohibir el velo islámico en la vía pública. A una mujer que cubría con esa prenda su cabeza en la localidad de Saint-Denis le aseguró que el programa de Le Pen entrañaría «la guerra civil, la discordia».

Macron se dirigió posteriormente a unas instalaciones deportivas, donde se enfundó unos guantes de boxeo e intercambió algunos golpes de entrenamiento con un profesor ante la atenta mirada de un nutrido grupo de jóvenes.

Fuente: Ángel Calvo (EFE).

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