El Museo del Prado es uno de los atractivos turísticos más importantes de Madrid y uno de los museos más relevantes en el panorama artístico internacional. Es muy probable que usted lo haya visitado una o varias veces, pero ¿Cuáles son sus orígenes?
La Monarquía hispánica desde su nacimiento fue conformando una gran colección de obras pictóricas, los llamados Reales Sitios estaban repletos de cuadros de artistas de toda Europa, una Europa que durante muchos años estuvo dominada por estos reyes. La idea de crear un museo para recoger algunas de estas obras tiene su origen en la figura de Fernando VI, un rey desconocido pero gran aficionado al arte, aunque realmente se dice que fue su esposa, Bárbara de Braganza, de la que estaba completamente enamorado, la precursora de esta idea.
Fernando VI murió en 1759, su hermano, Carlos III le sucedió en el trono. Carlos III era un hombre muy influenciado por el movimiento ilustrado de su época y la idea del museo de pintura fue perdiendo fuerza, tenía preferencia por las ciencias naturales, por ello, pidió a uno de sus arquitectos, Juan de Villanueva, la construcción de un palacio de estilo neoclásico en lo que es hoy el paseo del Prado, con la muerte de Carlos III llegó al trono Carlos IV, aficionado a la música, pero no tanto a la pintura por lo que el proyecto se ralentizó. El proyecto se paralizó cuando las tropas francesas entraron en España, iniciando la Guerra de la Independencia. Los galos utilizaron el palacio como cuartel de caballería y fundieron las planchas de los tejados para fabricar balas.
Lo cierto es que la idea francesa de museo nacional también fue, por lo menos, proyectada en nuestro país. José I, rey impuesto por Napoleón tras la invasión, tenía la intención de crear el llamado Museo Josefino, incluso se conserva el real decreto de 1809 que determinaba la fundación de un museo de pinturas.
Tras la expulsión de los franceses, se restauró la monarquía con Fernando VII, se ordenó la continuación del proyecto, pero Juan de Villanueva había fallecido en 1811 por lo que fue Antonio López Aguado el encargado de continuar las obras. De nuevo, una nueva mujer de la casa Braganza, Isabel, esposa de Fernando VII, parece que fue una de las precursoras de la finalización del museo. Finalmente, el día 19 de noviembre de 1819 abrió sus puertas el Museo Real de Pinturas, que no se llamaría Museo del Prado hasta 1920, este museo tenía un horario muy restrictivo, únicamente abría los miércoles por la mañana.
El 29 de septiembre de 1833 fallece Fernando VII, todo el museo era propiedad real por lo que con la muerte del rey el patrimonio corría el peligro de dividirse entre las dos hijas de Fernando VII, Isabel y María Luisa Fernanda, por ello se estableció una comisión para evitar la fragmentación de la colección real.
En 1868 se inició la revolución de la Gloriosa que destronaba a la reina Isabel II, el museo se nacionalizó mediante una ley que abolió el patrimonio de la Corona, pasándose a llamar Museo Nacional de Pintura y Escultura. El museo fue adquiriendo ejemplares de diferentes lugares como los del Museo de Arte Moderno, excepto sus obras del siglo XX que conformaron la colección inicial del Museo Reina Sofía. Durante varias décadas el museo vivió momentos de precariedad debido a la falta de recursos.
Durante la Guerra Civil (1936-1939) el museo fue cerrado y algunas de las obras fueron trasladadas a otros lugares para protegerlas. En este contexto fue cuando Manuel Azaña, presidente de la República, en una conversión telefónica con el primer ministro, Juan Negrín, dijo lo siguiente: “El Museo del Prado es más importante para España que la república y la monarquía juntas, calcule usted que sería si los cuadros desapareciesen o se averiasen gravemente, sería un gran bochorno, tendría usted que pegarse un tiro”
En definitiva, el Museo del Prado, es un complejo que recoge seiscientos años de historia del arte, un tesoro cuyo valor es incalculable y a través de su historia y las obras que recoge se puede realizar un estudio de la historia de nuestro país.
