El Gobierno de Boris Johnson ha anunciado la medida de control junto al protocolo que regirá en verano para salir de vacaciones
Después de varios meses liderando la campaña de vacunación más exitosa de Europa, Reino Unido se prepara para una prudente reapertura de cara al verano. El primer ministro, Boris Johnson, ha anunciado este lunes una serie de medidas encaminadas a controlar la salida de británicos a otros países durante el periodo estival.
Entre estos protocolos destaca el hecho de que los ciudadanos de Reino Unido podrán hacerse dos pruebas de detección de coronavirus cada semana de forma gratuita. El Gobierno pretende así hacer un mejor seguimiento epidemiológico sobre la población.
Otro de las medidas más destacadas será establecer un semáforo sanitario para los distintos destinos turísticos, en función de la situación de la pandemia en los diferentes países. Los criterios para calificar a cada destino variarán entre su proceso de vacunación, sus cifras de contagios y su incidencia acumulada, entre otros.
En este momento, cualquier viajero que entre al Reino Unido desde un país considerado de riesgo está obligado a confinarse durante diez días. Además, existe otra lista de países con los que las comunicaciones están cerradas, a excepción de ciudadanos británicos.
Con la implantación de este semáforo, los pasajeros procedentes de los países categorizados en verde, los que tengan una buena situación sanitaria, no tendrán que pasar cuarentena al llegar al Reino Unido. Simplemente deberán presentar un test negativo antes de dejar el país y otro al retornar a las islas.
Por último, el Gobierno también ha planteado la aprobación de un certificado o pasaporte sanitario que será necesario para que un ciudadano pueda acceder a eventos multitudinarios o a aquellos que tengan lugar en determinados lugares cerrados. El documento acreditará que la persona está vacunada, ha dado negativo en el virus o cuenta con anticuerpos.
