martes, abril 23, 2024
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La huella española en Roma

Repasamos algunos de los testimonios del paso de España por la historia de la Ciudad Eterna

Decía la escritora británica Mary Ann Evans, más conocida por su pseudónimo George Eliot, que Roma es «la ciudad donde el pasado de todo un hemisferio pasa en procesión fúnebre con imágenes extrañas y ancestrales y trofeos acumulados en la lejanía».

En efecto, la Ciudad Eterna es una suerte de gran museo de la civilización occidental y, como tal, España no podía dejar de estar representado. El impacto histórico y cultural de nuestro país ha dejado su huella en las calles de la capital italiana. A continuación, repasamos algunos de los enclaves que más se relacionan con España.

Santa María Maggiore

Nada menos que una de las cuatro basílicas mayores de Roma, construida en honor de la Virgen María por la leyenda de una milagrosa nevada ocurrida en el año 358 en el monte Esquilino, una de las siete colinas de la ciudad.

La vinculación de España con la basílica tiene que ver con el rico artesonado que decora su techo. Giuliano da Sangallo lo elaboró a partir del primer oro traído desde América y que fue donado por los Reyes Católicos. Además, desde 1647, los reyes de España son protocanónigos honorarios de la basílica, de donde sale la extendida creencia de que los monarcas de nuestro país tienen el privilegio de acceder a caballo al templo.

El artesonado de Santa María la Mayor.

Embajada ante la Santa Sede

Otra de las paradas obligadas en el recorrido hispano por Roma pasa sin duda por la plaza que lleva nuestro nombre. La Piazza di Spagna es uno de los enclaves más turísticos de la ciudad y no le faltan motivos para ello.

Allí se encuentran la Fuente de la Barcaccia de Bernini, la célebre escalinata que sube hasta Trinità dei Monti y la imagen de la Inmaculada Concepción, esta última también íntimamente relacionada con la historia de España, por el peso que tuvo nuestro país en la aprobación del homónimo dogma por parte de la Iglesia Católica.

No en vano, junto a la imagen de la Virgen, se emplaza la embajada de España ante la Santa Sede, la legación diplomática permanente más antigua del mundo. Fundada por Fernando el Católico en 1480, guarda tesoros como dos bustos esculpidos por Gian Lorenzo Bernini o una serie de tapices basados en grabados de Rubens. Por no mencionar que la ampliación del edificio en el siglo XVII fue obra del afamado arquitecto Francesco Borromini.

La embajada española ante la Santa Sede, en la Piazza di Spagna de Roma.

Columna de Trajano

Dos de los césares más importantes de la Roma imperial, Trajano y Adriano, vinieron de tierras hispanas. El primero de ellos dejó otro de los monumentos más emblemáticos de la Ciudad Eterna, la Columna de Trajano, ubicada en la ampliación del foro bautizado también con el nombre del emperador sevillano.

La columna, elaborada en mármol de las famosas canteras de Carrara, narra en bajorrelieves las campañas de Trajano en la Dacia (actual Rumanía) y hoy sabemos que en su día estuvo enteramente policromada.

Detalle de la columna trajana.

Como ya hemos señalado, la columna se sitúa en el Foro de Trajano, la mayor de las ampliaciones que los césar hicieron del núcleo de la ciudad. Este foro se levantó entre el 107 y 112 después de Cristo y fue diseñado por el célebre Apolodoro de Damasco, arquitecto del Panteón.

Santa María in Montserrato

La iglesia de Santa María in Montserrato, conocida popularmente como Santa María de los Españoles, es la iglesia nacional de nuestro país en Roma.

Su vinculación es especialmente estrecha con los antiguos reinos de la Corona de Aragón. Así pues, fue una catalana, Jacoba Ferrandes, quien fundó el hospicio de San Niccolò di Catalani, origen de lo que luego sería la iglesia; y un valenciano, el papa Alejandro VI Borgia, quien encomendó el edificio a la virgen de Montserrat. Poco después, se levantó una iglesia anexa al hospicio que acabaría derivando en el actual templo.

Allí están enterrados dos papas Borgia, entre ellos el mencionado Alejandro VI, y también reposó un rey, Alfonso XIII, muerto en el exilio en Roma, aunque luego sus restos se trasladaron al Panteón de los Reyes de El Escorial.

Interior de la iglesia.

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