viernes, abril 19, 2024
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La guerra fuerza cambios urgentes en la agricultura pero con frutos lejanos

Crecen las voces gubernamentales y sectoriales a favor de una estrategia para reforzar la “soberanía alimentaria” comunitaria

La guerra en Ucrania obliga a poner en marcha medidas y cambios para aumentar la producción y mantener la oferta de alimentos en España y en la Unión Europea, que podrían acordarse con urgencia pero darán sus frutos a medio o largo plazo.

La UE y el Gobierno español estudian un despliegue de actuaciones, en el marco de la Política Agrícola Comunitaria (PAC) o de las reglas comerciales ante el encarecimiento de las materias primas, y a su repercusión en la cesta de la compra.

Fuentes de las asociaciones de productores y comerciantes españoles han asegurado que urge dar señales políticas, ante un panorama que amenaza la rentabilidad del campo y el suministro de alimentos y piensos.

Sin embargo, han reconocido que las medidas que se barajan darán fruto a medio o largo plazo y que incluso es el momento de plantear cambios de calado. Más allá de las herramientas a corto plazo, crecen las voces gubernamentales y sectoriales a favor de una estrategia para reforzar la “soberanía alimentaria” comunitaria.

Sin olvidar la necesidad de ampliar los mecanismos de ayuda alimentaria de la UE a las clases más desfavorecidas, en los que está previsto el uso de excedentes agrícolas. España compra a Ucrania el 27% de sus importaciones de maíz y el 62% de sus adquisiciones de girasol.

Calendario inmediato

El Consejo de Ministros de Agricultura de la UE abordará el 21 de marzo las medidas para afrontar las consecuencias del conflicto.

La semana próxima está prevista la celebración de un Comité de Gestión de la UE -con representantes de los Estados miembros- que podría dar el visto bueno el jueves a ayudas por retirar o por el almacenamiento privado de carne de porcino.

La UE debate por otra parte la utilización de tierras en barbecho para aminorar el déficit de materias primas.

Medidas en fronteras

La flexibilidad en las fronteras es otra de las medidas que se debaten y que demandan los importadores y comerciantes de cereales y de soja o girasol.

El Gobierno español ha hablado de buscar sustitutos a los envíos de Ucrania en las partidas de Estados Unidos o de Argentina. Pero en este caso la traba es la posición restrictiva de la UE frente a los transgénicos, mientras que en EE.UU., líder en el comercio de cereales, su utilización está ampliamente aceptada.

Según el secretario general de la patronal de comerciantes de cereales y oleaginosas Accoe, José Manuel Álvarez, “es un buen momento” para un replanteamiento de la política que sigue la UE respecto a los organismos genéticamente modificados (OGM).

Fuente: Mercedes Salas (EFE).

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