jueves, abril 25, 2024
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La esposa de Navalni aterriza en Berlín, donde se le ofrece asilo político

De acuerdo con la revista ‘Der Spiegel’, el motivo de su visita es de carácter privado, pero todo apunta a que ha dejado Rusia por miedo a represalias

La esposa del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, Yulia Naválnaya, aterrizó este jueves en la ciudad alemana de Frankfurt en un vuelo procedente de Moscú, informa el semanario «Der Spiegel».

De acuerdo con esa publicación, el motivo de su visita es de carácter privado, si bien otros medios de su país habían apuntado a que Naválnaya había dejado Rusia por miedo a represalias por parte de las autoridades rusas.

Naválnaya vivió en Alemania durante los cinco meses que duró la convalecencia de su esposo, que ingresó en estado de coma en una clínica berlinesa en agosto tras sufrir un envenenamiento en su país. El líder opositor responsabiliza directamente al presidente Vladímir Putin de lo que califica un intento de asesinarlo.

El pasado 17 de enero, Naválnaya regresó a Rusia junto a su marido, quien fue detenido inmediatamente después de aterrizar en Moscú, a lo que siguió un juicio rápido y una condena a tres años y medio de cárcel

Su esposa ha participado desde entonces en sucesivas protestas en contra del encarcelamiento del líder opositor, en las que se han detenido a miles de personas.

La propia Yulia Naválnaya fue arrestada durante unas horas en dos de esas marchas. Su piso fue además registrado, al igual que el de otros aliados de su esposo que han sido condenados a arresto domiciliario.

Un tribunal moscovita la multó el pasado día 1 con 20.000 rublos (220 euros o 265 dólares) por haber participado en las protestas.

El caso de Navalni ocupó este jueves un debate en el Parlamento federal (Bundestag), en el curso del cual parte de la oposición reiteró sus exigencias de dictar nuevas sanciones contra Moscú, algo que el co-gubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) no descarta.

La detención del líder opositor y la represión a sus seguidores ha reabierto en Alemania, además, la polémica en torno al gasoducto Nord Stream 2, que está prácticamente terminado y que suministrará gas ruso a ese país.

El Gobierno de la canciller Angela Merkel defiende su entrada en funcionamiento y trata de desvincular ese costoso proyecto del caso de Navalni, mientras que la oposición exige que se suspenda su construcción.

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