martes, abril 23, 2024
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La Cultura Social dirigida por Dummies

El Emboscado

Durante mucho tiempo se impuso la moda aparentemente inocua y salvífica, pero “envenenadamente”  necesaria, de ampliar en poco tiempo el conocimiento de un mundo cada vez más complejo, un universo “ingente e inabarcable” que al mismo tiempo que se convertía en Holístico, tenia necesariamente que hacerse didáctico, frugal y asequible a cualquiera para poder tener, con lo que eso implica, una opinión con información supuestamente certera y veraz (si es que eso es posible); además hacerlo en breve tiempo para interpretar y conocer de forma rápida los conceptos y categorías que conforman nuestro mundo, nuestras relaciones, y por qué no decirlo, servir de “herramienta” para la toma de decisiones.

Nació, entre varias alternativas del mundo del conocimiento colaborativo y compartido, la famosa Wikipedia como un referente documental que de forma “desinteresada” contribuía como nuevo “Enciclopedismo”.

No se realmente si eso llamado “desinterés”, es posible para el hombre, cosa que yo dudo fervientemente; considero, no que el hombre es un lobo para el hombre, si no que tiene “intenciones” explicitas, conscientes o no, y que como decía el clásico: “… en las intenciones, quien se metiera, anatema sea, por que éstas son patrimonio del Alma y sólo Dios las conoce” . Bien, así lo recuerdo, de mis viejos maestros de Filosofía, que lo atribuían a Tomás de Aquino, a pesar de que jamás he encontrado esa referencia “en letra exacta” en ninguna de mis lecturas o búsquedas, aunque si en el espíritu en muchos textos de la Patrística y varios pasajes en la Biblia.

He aquí una prueba del conocimiento para Dummie. No he logrado fundamentar la cita, pero la sigo oyendo y, mea culpa, utilizando por su poder evocador y flexibilidad en el uso argumentativo. Algo técnicamente inapropiado, pero…

Este es el problema, el conocimiento requiere tiempo, requiere esfuerzo, requiere voluntad y sobre todo la “humildad” de saber qué jamás la tarea está completa. Decía Ortega que “… yo soy yo, y mis circunstancias, si no la salvo a ella no me salvo yo”, y sentenciaba “.. No sabemos lo que pasa, y eso es lo que nos pasa”, la ausencia real de conocimiento reposado y la ausencia total de conceptos/palabras en mundo de velocidad y sucesión precipitada de información y contenidos para explicar ese mismo mundo, impide que fijemos palabras, términos o vocablos nacidos de la experiencia y el uso para “conciliarnos con el mundo”.

Segunda prueba del mundo Dummie. No hay certeza real de casi nada, todo son evidencias construidas por experiencias parciales, con datos sesgados, que nuestro poder o carisma convierte en Mantra. A más poder, más mantra; a mejor mantra, mejor “caballo” para apostar somos. Tercera prueba del mundo Dummie. Algunos lo llaman “Reificación”.

Por eso, no por otra cosa, intento siempre poner “links” a todo lo que digo, a todo lo que comparto con ustedes, que cada semana me escuchan y me leen, para así puedan ustedes tener sus criterios y su propio conocimiento. De no lograrlo será sin duda por torpeza y por demerito mío.

Hemos hablado muchas veces del Gran juego de la Geopolítica, de los intereses creados, de los procesos de manipulación social… pero nunca hemos hablado de como eso afecta al futuro, a los movimientos de ese ajedrez sangriento que es la supervivencia de una población, un país o una cultura. A cómo la cultura Dummie sobrevive, crece y se extiende. Sencillamente por que es rápida, eficaz, limpia, y apabullante en datos y ejemplos.

La cultura de los Dummies se creo para hacer entendible en tiempo “récord” lo que las cosas son y cómo se hacen, fundamentalmente empezando por las cosas técnicas como la economía, la informática… pero paulatinamente pasando a lo que afecta a cosas más enjundiosas como “aprender un idioma en tres semanas, o negociar con la cultura X en diez lecciones”;  la atropellada inercia de vivir experiencias nuevas cada día, sin tiempo a fijarlas, nos hace que ya el pensamiento Dummie sea el único posible. Si decides buscar el pensamiento certero y bien reposado, el resultado será “Poesía” o a lo sumo, literatura; pero nunca conocimiento factual (aunque dicho sea de paso hay más de conocimiento oriental en “Salambó” de G. Flaubert que en sesudos informes de Think Tanks de señores/as muy serios que muestran con gran convicción “recortes y corta pegas” de información FYEO a la que ya se han cuidado muy mucho de hacer poco o nada accesibles a los demás.

Me acabo de dar cuenta que dejé mis “gafas de optimismo” encima de unos papeles de mi mesa. Al sonido de la sirena que me avisa de alguna señal interesante lo dejé todo y me aposté en mi “Emboscadura”. En este contexto me meto en harinas de otro costal. 

Veo pasar cátedros, expertos nacidos de Wikipedia, opinadores endiosados de grandes “caches”, que pontifican y enarbolan banderas para “convencerse a si mismos de lo que dicen” y de paso generar acólitos que sigan pudiendo “mostrar” para “poner precio a su saber” a los medios o entidades contratantes.

Disparo sin necesidad de apuntar, por que do quiera caiga lo lanzado, estoy seguro de que acertaré. Catedráticos que usan a sus “alumnos/as” de ojos brillantes y materia gris que aun soporta los rigores de la falta de sueño, a los que, con vacuas promesas y cenáculos tibios, logran les “asistan” en sus escritos, que aún no han de firmar colaborativamente, por que no han realizado el camino y probado su fidelidad. Ya si eso, cuando hagan el Doctorado, podrán firmar junto con quien, al que le deben su condescendiente “pan y sal”, y descubrió sus capacidades (debiéramos decir la inocente y virgen estulticia) oteando cual “ave de carroña” la carne válida y fresca, creando su futura cohorte de “asistentes”. Siempre ha sido así, salvo honrosas excepciones que son los que permanecen en la memoria real del conocimiento, aunque en su momento otros se enriquecieran egolátricamente y publicaran a ritmos propios de Inteligencias Artificiales, y dieran conferencias profusamente documentadas con datos que cuestan a sus “siervos” semanas descifrar y que son enarbolados como si emanaran naturalmente de sus “mentes privilegiadas”. Cierto que ahora el plagio y el refrito, es más difícil por las herramientas de detección informáticas, pero no es menos cierto que hay formas de burlarlas y que si “no te mueves en la foto” nadie se suele enterar. Todos juegan a lo mismo, por lo que todos se cubren las espaldas.

Si lo pasamos al mundo político o castrense, es igual de simple. Conozco y he recopilado bastantes discursos y presentaciones grabadas, en los que, como venganza de chiquillos, los “hacedores” ponen sutiles miguitas en los textos que sus “jefes” leen, ya sea forzando las pausas o separando palabras o colocando términos que mientras lo lees o los recitas, como no los has realizado tú, sólo el que escucha detecta el “gazapo”. Es lo que queda a los nuevos siervos de la gleba en la era del conocimiento, la pataleta del pequeño intelectual y por supuesto: vender tu juventud, energía y valor, a los de traje impagables, a los de galones brillantes o a los aforados electos.

Realmente no entiendo cómo no nos damos cuenta. O quizás, sí; es un juego que empezó a ser tomado como algo sólido, sencillamente porque era fácil y cualquiera podía cambiar la máxima: “Pasaste por el colegio y universidad, pero estas no pasaron por ti”.

Alabamos, encumbramos en puestos a quienes parecen “antorchas” que todo lo fagocitan, pozos de sabiduría que están al día, saben de todo y son capaces de cambiar de especialidad, por más diametralmente sea esta de su origen, y escribir con soltura tanto de ética como de armamento nuclear, o generan experticia probada en el campo de violencia contra animales durante décadas y en un mes hablan con soltura sobre el drama “de los niños soldados en Congo” (aunque ni han pisado el país), escuchamos a expertos en temas de política del medio oriente, que ni conocen el idioma, ni han viajado a destino nunca, pero eso sí: dirigen centros de investigación, dan conferencias, publican, son contratados o ascendidos a puestos de toma de decisiones relevantes para la ciudadanía en temas como economía, seguridad, inteligencia, educación e incluso a carteras ministeriales.

Aunque no soporten la más mínima “prueba del algodón”, aunque sea secreto a voces, nadie dice nada o por la mala entendida “obediencia y respeto a un superior jerárquico”, o por que su “destino” lo marca el informe del mediocre; o peor aún por que tiene al “clan” protegiéndole.

El truco para hacerlo bien ya sea en la universidad, la milicia o la política, está en la capacidad de “rodearse y arrastrar consigo” en su camino de excelencia a fieles asesores (quien toca poder suele mantenerlo durante tiempo por mor de la “disciplina de partido”, por endogamia, o sencillamente por “acceso a la escalilla correspondiente”), así los “empesebrados” permanecen con su mentor vinculados y comprometidos a su salvaguarda, porque en ello les va el futuro. Ya sabemos que fuera del sistema hace frio. Periódicas “razias” evitan los brotes de moralidad o núcleos de “critica”. Siempre y cuando claro, estos a su vez no pertenezcan a otro “pesebre”.

En definitiva, la cultura Dummie, no es mala, es perniciosa cuando el mundo ha cambiado sus axiomas y paradigmas de comportamiento por lo superfluo o lo vacuo.

No hablaré ni de conspiraciones, ni de manos negras, ni de intereses creados; sencillamente hemos construido un arma para mejorar el acceso y “democratizar” la información, y lo que estamos haciendo es “pegarnos tiros en los pies”. Cómo no es rentable hacer las cosas bien en breve el mundo se diferenciará entre los Dummies, y los que escriben para Dummies. Elige bando, una vez escogido no se puede cambiar. Me temo que ni el camino de “El Emboscado” se libra de esa dependencia del mundo Dummie. Es la manía de querer comer todos los días; hipócrita acción que no te permite llevar hasta el final las decisiones.

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