jueves, abril 18, 2024
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La crisis mundial de suministros que amenaza el Black Friday y la campaña de Navidad

Las consecuencias económicas de la pandemia y el encarecimiento de los contenedores causan grandes retrasos en el transporte de mercancías

Puede que en las últimas semanas hayas escuchado la recomendación de adelantar las compras de Navidad o, incluso, que hayas detectado que el bar de copas por el que sueles dejarte caer no tiene tu marca de ginebra favorita. Estos dos hechos aparentemente aislados guardan, en realidad, una estrecha relación: ambos tienen que ver con la crisis de suministros que afecta a todo el planeta.

Pero antes de nada, cabe preguntarse: ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI el mundo (y la engrasada máquina del capitalismo) sufra una crisis de estas características?

Una de las claves tiene que ver con que el 80% del comercio mundial se mueve por mar, a través de contenedores en cargueros. En marzo ya vimos un adelanto de esta fuerte dependencia cuando el buque Evergiven se quedó varado en el canal de Suez bloqueando buena parte del tráfico del planeta durante semanas.

Una crisis multifactorial

Desde hace unas semanas, sin embargo, los retrasos no obedecen a una causa puntual, sino a una suma de factores. Una suerte de ‘tormenta perfecta’ que ha puesto en jaque el comercio mundial y que amenaza fechas tan señaladas para el consumo como el Black Friday o la campaña de Navidad.

Como decimos, son varias las causas que han llevado a esta situación. Una de las principales es el encarecimiento de las tasas para fletar un contenedor y cargarlo en un buque mercante. Eso sin contar con que muchos de los principales puertos de China, la fábrica del mundo, se encuentran bloqueados por la gran cantidad de barcos que esperan para zarpar.

También en relación al transporte, encontramos la falta de camioneros como otro de los motivos que han llevado a esta situación. Sin ir más lejos, esta ha sido la principal razón de la reciente crisis en el suministro de carburantes en el Reino Unido.

Problemas de producción

Ni que decir tiene que mucha responsabilidad en todo esto la tiene la pandemia. Fábricas de todo el mundo han estado paradas durante meses y todavía a estas alturas algunos países con bajas tasas de vacunación (que suelen coincidir con los lugares donde las grandes multinacionales instalan sus centros de producción) sufren cierres temporales por brotes de covid.

Este frenazo en la oferta ha coincidido con un repentino aumento de la demanda, motivado por la recuperación de la actividad económica. Los fabricantes y transportistas no han sido capaces de dar respuesta a este crecimiento del consumo, lo que ha generado un cuello de botella.

Además, otros elementos están provocando un aumento en los costes de muchas empresas. Hablamos principalmente del encarecimiento de las materias primas y de la energía (electricidad y carburantes) y, en el caso de sectores concretos, de la escasez de chips, que afecta por ejemplo a los productos electrónicos y a la industria del automóvil.

Precisamente el sector de la automoción, que representa el 10% del PIB español, es uno de los sectores más afectados por esta crisis en nuestro país, junto al textil y a los fabricantes de equipo eléctrico, de caucho y de plásticos.

Sin solución a corto plazo

La crisis, además, parece que va para largo. Tanto la Organización Mundial del Comercio como el secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, reconocieron la semana pasada que los problemas en la cadena de suministros durarán hasta el año que viene.

Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó las previsiones de crecimiento global de este año al 5,9%, una décima menos que hace tres meses, debido en parte a los problemas en las cadenas de distribución mundiales.

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