sábado, abril 20, 2024
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La Cámara de Comercio de la UE reclama estrategias europeas ante el desacople de China-EE.UU.

Tras los conflictos comerciales y tecnológicos entre las dos potencias mundiales se esperan efectos «devastadores» en las economías de escala que supondrán un lastre para la innovación

La Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China reclamó a los gobiernos de los Veintisiete que preparen estrategias para enfrentarse al desacople entre China y Estados Unidos resultante de los conflictos comerciales y tecnológicos entre ambas potencias mundiales.

En un informe presentado hoy en Shanghái, la Cámara y el Instituto Mercator para Estudios Chinos (Merics) afirman que la respuesta de los gobiernos ante los riesgos de seguridad y privacidad derivados de los avances tecnológicos creará «un mundo de sistemas tecnológicamente amurallados» y reclaman que las restricciones se apliquen de manera «proporcional» a los peligros.

La actitud «hiperconservadora» de China «y, cada vez más, de Estados Unidos e incluso de la UE», tendrá un efecto «devastador» en las economías de escala y supondrá un lastre para la innovación, apunta el dossier, que propone la creación de marcos internacionales para clasificar los riesgos para la seguridad nacional de los diferentes países en diferentes sectores.

Para ello, sería necesario pactar la creación de estándares internacionales en tecnologías nuevas o emergentes, aunque uno de los autores del informe, Jacob Gunter, afirmó en un encuentro con medios que las compañías chinas afrontan ese reto con muchos más recursos y coordinación que las europeas.

Dificultades para las empresas europeas

El informe también recomienda la creación de mecanismos europeos que actúen como un «consejo de seguridad económica», que debería «mostrar solidaridad» cuando se enfrente a políticas de «coacción económica».

Las empresas de la UE que operan en China, advierte el organismo que las representa, se enfrentan a restricciones al flujo transfronterizo de datos por asuntos de seguridad nacional, lo que les dificulta la explotación de los recabados en ambas partes y podría suponer un gasto inasumible en caso de que se vieran obligadas a construir infraestructuras digitales separadas.

En lo relativo a cuestiones polémicas como las redes 5G, las compañías europeas se han visto en una encrucijada, ya que EE.UU. quiere que no haya tecnología china en los equipos que despliegue en el país y China está dificultando el acceso a su sector de telecomunicaciones, expulsándolas del mercado, obligándolas a aliarse con firmas locales o «dejándoles las migas que quedan en la mesa».

Las recomendaciones que se hacen a las firmas europeas pasan por adelantarse a las posibles dificultades derivadas de las tensiones globales, colaborar de forma más cercana con los gobiernos y participar a través de asociaciones en diferentes mercados cabildeando para tratar de mitigar los efectos del desacople.

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