jueves, marzo 28, 2024
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Giovanni Amendola: el liberal que intentó salvar a Italia del fascismo

La historia del hombre que pagó con la vida su completa oposición al partido de Benito Mussolini

El primer hombre que definió en Italia el movimiento fascista como totalitario fue el liberal Giovanni Amendola. El protagonista de esta historia de lucha constante contra el totalitarismo italiano nació en Nápoles, en un ya lejano 1882. Amendola se licenció en Filosofía y durante los primeros años de su andadura profesional colaboró en varios periódicos italianos como ‘Il Leonardo’ de Giovanni Papini y ‘La Voce’ de Giuseppe Prezzoline. En Florencia, vinculado al entorno cultural de la ciudad, fue director de la Biblioteca Filosófica y posteriormente, en la Universidad de Pisa, obtuvo la cátedra de Filosofía Teórica.

Sus inicios en el liberalismo

En 1910, encontramos sus primeros acercamientos al liberalismo cuando apoyó al Partido Liberal Italiano, pese a que se mostró contrario al líder del partido (Giovanni Giolitti) en relación a la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial. Amendola defendía que el país transalpino debía entrar en guerra para arrebatar la hegemonía europea que, en aquel momento, ostentaba el Imperio Austrohúngaro.

Durante la Primera Guerra Mundial, Amendola se enfrentó a los nacionalistas italianos y a su vez a los socialistas que intentaban importar la revolución soviética al país. Fue uno de los promotores del ‘Comité Italiano de Entendimiento’ entre los pueblos oprimidos por Austria, que condujo, en abril de 1918 al Pacto de Roma. Gracias a la posición democrática que adoptó durante el conflicto, al finalizar la guerra fue nombrado ministro de Ultramar del Gobierno de Francesco Saverio Nitti. 

Fue elegido en tres ocasiones representante por la circunscripción de Salerno en la Cámara de Diputados de Italia (1919,1921 y 1924). Durante la campaña de 1921, se opuso con determinación a la violencia ejercida por el Gobierno a través de la llamada ‘Legión Amendola’. Gracias a esta decisión, creó una base electoral en la pequeña y mediana burguesía, en las que pretendía centrar su acción política. Creía que el país se salvaría gracias a la clase política liberal, opuesta a los dos nuevos grandes partidos que lideraban la esfera política italiana: el socialista y el conservador.

Su aversión se centraba en ambos ejes. Por un lado, su oposición a las revoluciones socialistas y, por otra parte, a la subversión fascista de Mussolini. A ambos los consideraba enemigos del estado liberal y del régimen parlamentario. 

La Marcha sobre Roma

Camisas negras en la Marcha sobre Roma Fuente: Startmag

Durante el periodo de entreguerras la situación en Italia era desalentadora y cada vez más personas encontraban en las ideas de Mussolini, la solución a la crisis que atravesaba el país. De esta manera, un 28 de octubre de 1922, alrededor de 25.000 camisas negras se dirigieron a la capital reclamando el liderazgo político y amenazando a Victor Manuel III, el entonces rey de Italia, con la toma del poder a través de la violencia. Las palabras de Benito Mussolini antes de la Marcha sobre Roma fueron: “O nos dan el Gobierno o lo tomaremos bajando a Roma”.

Amendola se oponía firmemente a la marcha sobre Roma y, junto a Luigi Facta, a la sazón primer ministro de Italia, envió un decreto al rey Víctor Manuel III para declarar el estado de sitio en Roma. De esta manera, podría permitirse la acción del ejército contra los camisas negras y así bloquear la marcha y el ascenso de Mussolini al poder. Pero el soberano no les apoyó y el ejército no actuó contra los fascistas. Solo dos días después de la marcha, Victor Manuel III ordenó a Mussolini la formación de un gobierno de coalición nacional. 

Llegada al poder de Mussolini

Tras alcanzar el poder el fascismo en Italia, Amendola tomó partido firmemente contra el gobierno fascista, llegando incluso a abandonar su escaño en el Parlamento en señal de protesta. Su oposición al régimen de Mussolini le costó una serie de amenazas y agresiones por parte de los camisas negras. En una de esas agresiones, Giovanni Amendola fue atacado por un grupo de quince hombres armados en la localidad de La Colonna, al norte de Italia, quedando herido de gravedad. 

Finalmente, el hombre que luchó por una Italia libre del yugo fascista, murió días más tarde a consecuencia de la brutal paliza que le propinaron los secuaces de Mussolini.

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