La celebración de este año se convirtió en en un espectáculo diseñado para levantar los pésimos registros de audiencia de 2021
La vuelta a la ‘normalidad’ en los Óscar se convirtieron en un espectáculo diseñado para levantar los pésimos registros de audiencia de 2021, con Will Smith ganando una estatuilla y desconcertando a los asistentes del teatro Dolby por una bofetada al comediante Chris Rock.
No hay dudas acerca de que el discurso de recepción del Óscar a mejor actor para el protagonista de “King Richard” y la riña con Rock por bromear sobre la alopecia de su esposa, Jada Pinkett-Smith, fueron los momentos que coparon todas las miradas durante la gala.
Todo lo que ocurrió en la última parte de la gala quedó eclipsado por este incidente que confundió a los espectadores, a los periodistas que cubrían la gala y a aquellos tuiteros que daban rienda suelta a sus teorías en la red sobre si la bronca había sido impostada o no. Y, por si fuera poco, minutos después, Smith volvió a subir al escenario para recibir el premio al mejor actor protagonista y para disculparse por lo ocurrido.
23,6 millones de televidentes siguieron la gala en 2021, lo que significó un 20% menos que en 2019, y sembrar dudas en la cadena de televisión estadounidense ABC, quien recibió una compensación económica por parte de la Academia tras los peores registros conocidos desde que comenzaran a emitir el evento en 1976.
Más allá de esto, las comediantes Amy Schumer, Regina Hall y Wanda Sykes se encargaron de dirigir con humor una gala que, desde el primer momento, estuvo pensada para que el ojo del espectador respondiera a los distintos estímulos que se le ofrecían en el show y estos fueron algunos de los invitados: