Entre los envíos se encuentran radares, misiles, cañones autopropulsados, sistemas defensivos, así como inteligencia militar
Tras los continuados ataques rusos contra infraestructuras críticas para Ucrania, llevados a cabo como represalia al ataque ucraniano contra el puente de Crimea, varios representantes europeos han alzado la voz para afirmar su ayuda a Ucrania con el envío de armamento militar.
Por un lado, Francia ya ha comenzado a enviar sistemas de defensa antiaérea, como radares y misiles, para que Ucrania pueda protegerse de los ataques rusos.
«Ya hemos enviado sistemas de defensa aérea y vamos a intensificar los envíos, en particular para protegerse de los ataques de drones», afirmó Macron en una entrevista con el canal público de televisión France 2. Denunció que los ataques rusos de esta semana constituyen «una fase inédita de bombardeos por tierra, mar, aire y hasta con drones, contra infraestructuras y objetivos civiles».
Recalcó que Francia está trabajando con Dinamarca para poder enviar a Ucrania otros seis cañones autopropulsados Caesar, ya que aquel país los había comprado, por lo que París necesita la autorización de Copenhague para entregarlos a Kiev. Macron también señaló que Francia entrega a Ucrania información de inteligencia, aunque eludió entrar en el contenido: «Damos información a los ucranianos para que se defiendan, pero no quiero contar mucho».
Emmanuel Macron recapituló la situación señalando que, al final, «hará falta que todas las partes se reúnan en una mesa de negociaciones… Habrá un momento en que será necesario hacerlo». También advirtió al presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, para que no se implique más en la guerra al lado de Rusia. Si lo hace, «creo que no será sin que tenga problemas», reiteró.
En cuanto a Londres, el ministro de Defensa británico Ben Wallace ha comentado hoy a su llegada a Bruselas en el segundo día de reuniones para acometer acciones que ayudarán a Ucrania a defender sus cielos contra los ataques rusos con misiles antiaéreos.
Los cohetes Amraam son los primeros donados por el Reino Unido a Ucrania que pueden derribar misiles de crucero y se espera que contribuyan a proteger la infraestructura de ese país a raíz de la última ola de ataques con misiles y drones perpetrada por Rusia sobre áreas civiles y plantas energéticas esta semana.
El Reino Unido y sus aliados del G7 han acusado al presidente ruso, Vladímir Putin, y sus fuerzas de cometer crímenes de guerra y se han comprometido a «continuar proporcionando apoyo financiero, humanitario, militar, diplomático y legal» a Ucrania.
