Aunque el ministro Albares asegura que el suministro de gas argelino está garantizado, la noticia es un jarro de agua fría para nuestro país
Desde el próximo 31 de octubre, Argelia cerrará el gasoducto del Magreb, que pasa por territorio marroquí hasta llegar a España y que abastece a nuestro país de la mitad de su suministro de gas. La decisión llega debido a las malas relaciones actuales entre los argelinos y Marruecos, que han acabado por influir de forma negativa en los intereses españoles.
Ni siquiera la visita a Argel del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y de los presidentes de Naturgy y Enagas, Francisco Reynés y Antonio Llardén respectivamente, han evitado noticias como la adelantada por el periódico económico francés Les Echos. A final de mes, Naturgy no tendrá más remedio que volver a ceder la operación y mantenimiento del gasoducto del Magreb al Gobierno de Marruecos.
Así, el gasoducto de Medgaz, que sale directamente de Argelia y llega hasta la costa de Cádiz, pasa a ser el único por el que llegará el gas argelino a España. El cierre del gasoducto del Magreb también afectará a Marruecos, sin gas para sus centrales de ciclo combinado y fábricas, y Portugal, ya que pierde su única conexión, en términos gasísticos, con Argelia.
El precio de la luz se va a ver muy perjudicado por la no renovación del acuerdo para que España se beneficie del gasoducto del Magreb, por lo que seguirá elevándose sin remedio. A pesar de todo, el ministro Albares declaró en una entrevista a Efe que las autoridades argelinas garantizarán la demanda española de gas natural.
«Ha quedado claro que Argelia va a trasladar en todo momento el gas necesario para que la demanda de gas esté perfectamente cubierta», dijo el jefe de la diplomacia tras su encuentro este jueves con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, al que asistieron también los ministros de Exteriores, Ramtane Lamamra, y de Energía, Mohamed Arkab.
Una vez que Argelia decidió romper sus relaciones diplomáticas con Marruecos en agosto, el sector energético se vio especialmente golpeado. En particular, el suministro de gas argelino a Europa a través del gasoducto que ambos países compartían desde 1996 y que transporta cada año hacia la Península más de 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural, lo que convierte a Argelia en su principal proveedor.
