jueves, abril 25, 2024
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España arrolla a Costa Rica (7-0) en su mejor partido de siempre en un Mundial

Los hombres de Luis Enrique presentan sus credenciales en Qatar 2022 a base de un monólogo futbolístico sublime, nunca antes visto por parte de la selección en la Copa del Mundo

¿Y por qué no? Era la pregunta que lanzaba Aymeric Laporte esta misma semana. La misma que se estará haciendo media España este miércoles. ¿Y por qué no podemos soñar con la segunda estrella? Queda mucho camino por delante, pero esta selección comienza su periplo en el Mundial de Qatar 2022 instalada en la matrícula de honor. Una calificación forjada a base de un debut convincente y sin ningún tipo de sobresaltos, todo abrumación, ante Costa Rica (7-0). Eso, visto lo visto, ya es mucho en el presente torneo. Que se lo digan a Argentina y Alemania.

España quería vencer y convencer en su primer partido entre jeques. Esa fue su máxima desde el pitido inicial del encuentro, en el que los hombres de Luis Enrique fueron dueños y señores sin oposición. En los cinco primeros minutos, Ferran Torres y Dani Olmo ya olieron el gol. Poco después, un Marco Asensio que sigue reivindicándose con La Roja partido a partido también lo atisbó. Pero fue Olmo quien golpeó primero para la selección a los 11 de partido, en una jugada de calidad superlativa: Gavi se la puso de forma exquisita en el área, el atacante del Leipzig controló la pelota, se giró y disparó para poner el 1-0.

Costa Rica intentó reaccionar quitándole un tanto el cerrojo al candado con el que quiso afrontar el partido. Sin embargo, no hubo manera de arrebatarle la pelota a España, con datos de posesión absolutamente abrumadores desde bien pronto: ¡se bordeó el 90% por momentos! Estaba claro que todo iba al rojo, como volvió a demostrar el equipo nacional apenas diez minutos después de inaugurar el marcador.

En el minuto 21, llegó el turno goleador de Asensio, que vivió una noche tan mágica como la de todo el equipo español en su conjunto: Jordi Alba se la puso desde la banda y el jugador del Real Madrid tan solo tuvo que encargarse de fusilar bien. Apenas digerido el 2-0, llegó el 3-0 en el 31: penalti sobre Jordi Alba convertido, sin dudar demasiado ni Keylor Navas mediante, por Ferran Torres.

El partido estaba más que visto para sentencia antes de alcanzarse la media hora de juego. Sólo quedaba seguir controlando la situación a las mil maravillas y, por qué no, aumentar todavía más la renta. Así lo haría España ya en la segunda parte. Proponer y disponer prácticamente en solitario, seguir queriendo el gol aunque ya tenía un empacho de ellos, hizo posible el doblete de Ferran Torres en el 54: jugada digna del más listo de la clase cerca de la portería y un monólogo español ya merecedor de un 4-0.

Con el mejor debut en un Mundial igualado, a España no le salió, a pesar de todo, aflojar ni una sola marcha. Era imposible sacarla del área costarricense, vivía en ella de forma incesante. Cualquiera diría que el marcador se acercaba más al resultado de las gafas que al de la manita. Que se acabó consiguiendo de la mano de Gavi en el 75, superando, vía Carlos Soler, en el 90 y masificando, aún más si cabe, gracias a Morata en el tiempo añadido. No cabe duda: lo de vencer y convencer llevó el sello español en toda una Qatarsis de principio a fin. Sí, España consiguió ser rica (nunca mejor dicho) y con fundamento. Lo dicho: ¿y por qué no, como decía Laporte? Ya nos hemos ganado que los que tiemblen, ahora mismo, sean otros.

 
 
 
 
 
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