El diputado pidió en 2017 la dimisión de Concepción Dancausa por estar imputada, pero él no renuncia pese a que será procesado
El líder de Más País, Íñigo Errejón, se sentará en el banquillo de los acusados después de que la titular del Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid propusiera la semana pasada juzgar al expolítico de Podemos por un delito leve por la patada que presuntamente propinó a un hombre el pasado mes de mayo.
Lejos parecen aquellos tiempos en que bastaba que un político estuviera siendo investigado (mucho más, como en el caso de Errejón, si ya va a ser procesado) para que, bien la opinión pública bien los estatutos de los propios partidos, lo forzasen a dimitir.
De hecho, ese es el espíritu que parecía inspirar al mismo Errejón cuando en 2017 pedía la renuncia de la entonces delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, que fue imputada en el caso Mercaocio: «Es dantesco tener como jefa de las Fuerzas de Seguridad en Madrid a alguien que está siendo investigada por corrupción», afirmaba contundente Errejón.
La diferencia entre el caso de Dancausa y el del líder de Más País está, sin embargo, en que la política del PP archivó la causa, mientras que Errejón se va a sentar en el banquillo. Además, al tratarse de un delito leve no interfiere la condición de aforado de Errejón y el juicio se celebrará en los juzgados de Plaza de Castilla.
Aún no hay fecha para este juicio, en el que el responsable de Más País deberá comparecer tras haber sido denunciado por un hombre que aseguró que el pasado 2 de mayo se acercó a Errejón en una calle del barrio de Lavapiés para pedirle una foto pero este se negó y, al insistirle, el político le pegó una patada en el estómago.
Errejón negó esta agresión, explicando que se negó a hacerse una foto en una situación «incómoda» y se marchó.
