sábado, abril 20, 2024
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En primer tiempo de saludo

Es seguro que me lloverán los próximos días las críticas de los que viven en la molicie hecha directivo o jefe de cualquier sector. Poco fina tengo la piel, si no coriácea, pero no de éxitos precisamente. Se acercan según los indicadores que miro de cada herramienta o sistema predictivo que conozco, fechas malas, pero peores respuestas a los retos que “llaman a nuestras relucientes puertas”. Me temo que no estamos a la altura y nos agarramos a la zona de confort de la que ya sólo queda memoria en hemerotecas y en las normas anquilosadas que nos obstinamos en mantener. Esa es la labor del Emboscado: en plena contradicción y cuando el silencio calla atronado por los gritos de los otros, intentar antes de que sea tarde despertar a los propios, espabilando si fuera con la fuerza, de la palabra, espoleando sus contradicciones para ver si así saben quien merece “El primer tiempo de saludo” y a quien se le debe un “gracias por los servicios que no has prestado”.

Normalmente quien manda difícilmente superaría las pruebas que a sus subordinados pide; y no hablamos de cuestiones de modernización o actualización técnica o de esfuerzos de la juventud derrochada estérilmente y exclusiva de quien no fue domado aún, por las responsabilidades hipotecarias o deudas de entrega familiar…

Dicen que “carrera que el caballo da, en el cuerpo se le queda, siendo que la experiencia es aquello que cuando la tienes por fin, ya no te hace falta” porque suelen darse las epifanías cuando las aguas vuelven su curso y tenemos tiempo para recordar y heredar las prácticas que no usamos. Pero en este caso el tiempo apremia y la Parca no da prórrogas.

Son igualmente cansinos los militaristas de la rama cetrera que abogan por dejarse llevar por emociones de victorias pírricas, que los obstinados en ceder siempre derechos de forma nada aleccionadora en aras de una comunicación imposible desde la apuesta de una ética dialógica , que ha demostrado que o no la sabemos poner en marcha o sencillamente es un constructo ideológico en sentido materialista carente de toda visión positiva tanto en lo que atañe a los- modos como a las formas de producción ideológicas.

Viendo la tragedia que se nos viene encima, creo que vamos al camino de la lucha, no de clases o ideas, sino la lucha de los valores de “comunidad” que parecían apolillados en las metopas y relicarios de nuestros antepasados. Mientras nosotros estábamos a por uvas viviendo el “Dolce far niente”, otros querían ante crisis volver “grupas” hacia el mito o rigor de los recuerdos, dado que nadie puede rebatirlos.

Si esperamos que quien nos llevó al desmembramiento de lo que fuimos, pueda liderar el cambio necesario para tener un mínimo de Paz o Unidad en lo que se nos avecina. Vamos mal, pues sólo encontraremos canciones de los 70. y un blindaje omnímodo que hace que sigamos creyendo que los “in extremis” vendrán a salvarnos.

Estoy ya apuntando a los viejos tecnócratas que tienen en su “tutela” permanecen nuestras vidas y haciendas; ya que de cosas como el Alma se encarga “otro negociado” igualmente quizá deficitario de auditoría.

Estoy cansado de la inacción mantenida a lo largo de décadas obedeciendo a “técnicos” desconocidos y que no dan una; leer informes “para perros y gatos” de organismos de las administración que no cumplen su cometido prospectivo (eso si a pleno color y encuadernados de forma primorosa, pero sin mención a los problemas acuciantes a nuestro entorno más inmediato); me da rareza y pereza de saber lo que de verdad sucede porque tengo suficiente preocupación ya con desentrañar las intenciones de cada parte. Quizá por que conozco a alguno de los que dirigen esas funciones y les temo más que a una “invasión”. Algunos llevan encadenando puestos con suerte y “clan” que les apoya desde que el mundo es mundo.

Creo que es perentorio empezar a moverse y pedirles que se hagan “alguna supervisión o auditoria” para saber por qué les pagamos. Al igual que es el momento de alzar la vista y reclamar mayor transparencia y que “den novedades” de por que parece que todos sus procesos de negociación fracasan siempre. Como si fuera por “un maléfico” complot contra nuestros intereses (aunque yo más bien pienso que somos el laboratorio para elevar posteriormente los resultados a la transposición de otros lugares que parecen tener mejor suerte en sus acciones diplomáticas). Quizá sea por la cantidad de intereses cruzados de “camaradas” que son verdaderos “creyentes” en que otros nos deben liderar ya sea por convencimiento propio o por dependencia servil de sus premios, becas, apoyo lobista o directamente dinero para mantener el nivel de vida que desean tener. Carne tierna para el quintacolumnismo político y de los servicios de inteligencia extranjeros.

Soy del parecer que el saludo en primer tiempo debe ya comenzarse en las escuelas, preparándose para un mundo ya en conflicto permanente, en rivalidad trufada de hipocresía, y en tomar posiciones claras para no caer en los intereses de los demás “jugadores”.

Ahora parece que le toca al Este nuestra atención, pero pronto será al Sur donde los riesgos aparezcan aprovechando la distracción que seguro tenemos para con nuestros compromisos con la UE y con lo que llamamos mundo libre.

Pero no hemos de olvidar que, tras el primer tiempo de saludo, se bajan las manos para ejecutar acciones y seguir instrucciones. Si no hay nadie en el puente de mando podría darse el caso de que tengamos que exigir un cambio en las reglas de juego, pero mientras tengamos estas.

Como diría una famosa publicidad “pregúntate lo que puedes hacer tú y deja que los demás se ocupen de lo suyo”.

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